jueves, 6 de junio de 2013

Y vino la curiosidad y mató a la rubia.

No me había dado cuenta de que el fantasma a quien tanto añoraba por las noches no era más que otra visión de mi misma.
De pronto todo era más claro y sencillo... Aquel peso que llevaba durante años si tenía nombre y apellido y no era más que el mío.
Creo que se jodió de nuevo toda la partida, sabía como jugar creyendo que aquel puñal existía.

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