martes, 27 de octubre de 2015

Como en casa

En esta casa, siempre podrás sentirte en casa
porque me enamoré de ti antes de nosotros,
que cantarnos los sueños y contarnos las pesadillas, me parecía toda la comunicación que alguien necesitaría.
Y confiarnos que no importa si nadie más lo entiende, basta con acercarse un poco para senitr el calor que emite tu sonrisa y la mía cuando por la tarde escuchamos música esperando a que no nos atrape la vida.
Antes de ti yo ya era feliz
pero debo admitir que nunca me sentí más feliz que contigo
Antes de ti yo ya era libre
pero debo admitir que nunca me sentí tan segura de serlo.
Antes de ti y antes de mi, ya éramos... Pero cuando nos conocimos fuimos todo lo que no nos atrevimos a ser con nadie más...
Hasta que pasa lo que siempre pasa con los momentos delicados,
nos llevó por los cachos.
En tu casa, siempre pude sentirme en casa
y en mi corazón, siempre tendrás una casa
Por eso, cariño, no importa cuándo decidas regresar a casa,
siempre serás bienvenido... Al hogar que construimos con nuestros sueños y miedos.

lunes, 19 de octubre de 2015

Red Eyed Man

Acaso, no es de esto de lo que se trata la vida?

El sincero vacío que nos da en la panza cuando luego de un par de horas de silencio nos damos cuenta de que estamos solos... Y no está mal.
No lo está.
Pero inevitablemente recuerdas los momentos felices, las tardes como estas en las que fuiste feliz... En las que la brisa no enfriaba y sentías un ligero calor, proveniente dentro de ti mismo. Una ligera sensación que mantiene tu cuerpo abrigado, cuidado lejos del olvido.

La memoria no ocupa espacios cuando se es feliz. Es como si cada momento en el que de verdad te sentiste realizado, puedes ir atrás y puedes verlo tan claro.
Ver que no estabas equivocada, que en realidad no había mejor sensación en el mundo,
ni nada más importante que hacer que exactamente lo que estás haciendo... Con quien sea que lo estés haciendo.

Qué hubiese sido de mi si a la mañana hubiese sido solo otro amante?
Dónde estaría yo? Con quién dormiría esta noche?
Habría acaso alguien más esperandome en algún otro lugar?...
                                                                     ...le he dejado plantado?
Desobedecí acaso las reglas del destino y por eso, hoy sé que pude haber hecho muchas otras cosas... Para evitar estar aquí, para alargar las tardes o volver a creer.
No lo sé.

Pero es que acaso, de esto no es de lo que se trata la vida?
Saber que todo estará bien, acostarte a dormir esperanzado y levantarte a mitad de la mañana sin sueño pero con unas inmensas ganas de quedarte en cama...
Pero sabes que debes levantarte y seguir intentando, así que te reincorporas a tu vida en stop motion y eres tan delicado que comienzas a entenderlo todo.
Cada error que cometiste...
Cada vez que lloraste...
que debiste alejarte pero no pudiste...
Cada vez que te fallaste a ti mismo.
Por qué lo hiciste?
De verdad merecía la pena?
... No lo sé...

Ese sincero alivio en los hombros que libera tu garganta y te hace suspirar, como si te pidieras perdón a ti mismo por haberte olvidado de las cosas que en realidad para ti son importantes.
Te das cuenta del desorden que es tu vida,
toda tu ropa dispersa y sin conocimientos de qué está "limpio" y que mejor no,
ves todas las libretitas que tienes donde anotas pensamientos que nadie parece entender...
Y notas que en todos hay algo, hay un sentimiento, hay un momento...
La mayoría de nuestras tardes eran doradas... Por qué dejaron de serlo?
Acaso el sol se ha secado?
Acaso la risa ya cansa las mejillas?
Por qué si soy feliz, no me siento tan feliz...

Es un desastre...
Por qué ninguna de mis historias está organizada si al final hablamos de los mismos personajes?
Pero, es que acaso de esto no es de lo que se trata la vida?...

Estaba tan ocupada intentando adaptarme a mi nueva rutina de no estás conmigo pero no te alejes de mi, que tanto te cansaba y a veces no estabas tan segura pero se sentía tan bueno, te encantaba tanto y había tanta curiosidad que era mejor balancear tu vida para arroparte hasta donde te acobijaba la cobija...
Que no te importó lo suficiente
y era hermoso, hasta que dejó de serlo...
Pero nadie más que tu entiende tus notitas... Nadie entiende tus gestos, nadie realmente se mantiene alerta por si estás teniendo un mal sueño y necesitas rescate.

Qué hubiese sido de nosotros si tan solo hubiesemos mantenido el plan inicial en lugar de ceder ante la exquisita felicidad...
Acaso no hubiesemos sido tan felices de igual forma?
Acaso no hubiesemos seguido juntos?
Cómo pudimos ser tan crueles? Y nunca hacer lo correcto por el fuego interno que nos consumía...
a ti la impotencia, a mi la soledad... A ti que querías todo de mi y a mi, que yo quise siempre un poco más.
Pero realmente te quería a ti?... o quería lo que éramos hasta descubrir que teníamos lo que queríamos, pero no era su momento...

Realmente te quería tanto como para abandonar mi independencia y pensar por dos?...
Y lavar los platos e intentar combinar mi ropa con las 3 prendas que tengo desde hace ya una semana porque no estamos juntos pero si te vas no aguanto.
Quién en realidad no aguantaba?...
Eran realmente excusas muy sabrosas pero verdad o solo cuentos que imaginaba en mi cabeza para justificar el abandonar lo que conozco por una vida alterna que no es real.

Ironía, el tenerte cada noche a sabiendas que no eres mío, que hace rato te has ido y seguir intentando dormir sobre tu pecho... Para levantarme odiandote y acostarme de nuevo, a sabiendas de que te quiero... Pero creo que me quiero un poco más... Pero en realidad me hace feliz en pequeños aspectos... Pero en realidad es esto la felicidad? Debe costarnos tanto?

En realidad, en realidad... Esto es una ilusión o lo mantengo así para no darme cuenta que estoy lanzando la casa por la ventana pero las llaves no me pertenecen.
Debía entonces quedarme tranquila?
Y no exigir más porque he dado bastante?
Y dejar de darte para que dejes de entregar y terminemos los dos desnudos, aburridos y agotados en el sofá.



Llueve, llueve tanto como la madrugada en que nos despedimos con el corazón arrugadito, sabiendo que a pesar de todo lo malo, seguiamos teniendo tanto tan bueno para darnos...
Llueve, llueve tanto como la noche en la que entendimos que el costo de esta historia nos estaba costando la vida... Pero aun así, yo igual realmente quería...
Llueve, llueve tanto como la tarde en la que esperaba con el corazón en la garganta porque tuvieses un poco de piedad y volvieras a encantarte de mi...
Llueve, llueve como ayer cuando camino a casa finalmente te dejé ir para entender que estaría bien.
Llueve, llueve y se convierte en otro día contigo que no sabría decir si en realidad el fuego de tus ojos me calentaba o me quemaba.



Acaso de esto no se trata la vida?
De crecer...
Sigo sin miedo a nada... No.
Sigo queriendote, sigo queriendo estar contigo pero ahora no...
Porque quizás siempre lo supe, quizás si eres con quien imaginé hacer mi vida... O quizás sé que hay algo mejor esperando, y prefiero callarme que acercarme y seguirlo intentando.
Y conociéndome amor... Para cuando llegue el día, yo llegaré tarde...
Porque en realidad, no podría saltar con alguien que se asusta cuando lo invitan a volar.

Pero es que acaso, de esto no se trata la vida?
De extrañar, suspirar y recordar las tardes doradas... Hasta la próxima vez que el sol vuelva a salir y alguien quiera realmente jugar contigo.
Y quizás, tu también quieras ser feliz por un rato... Pero contigo, no.

Tus ojos están rojos cariño, de tantas veces que la impotencia se apoderó de tu cabeza y los míos, lloran contigo al sentir la soledad acumularse en mi y atentar con este incomprensible balance.
Sigo hipnotizada en tu mirada pero a sabiendas no sabría decirme si el fuego de tus ojos en realidad me calentaban o me quemaban.


jueves, 8 de octubre de 2015

Carta a un padre desesperado

A mi padre desesperado. -

La soledad se asoma cada tanto a revisar si sigo durmiendo, como cuando era pequeña y traviesa y necesitabas asegurarte de que estaba en casa.

Cuando viajo... A veces me dan pesadillas durante la noche. Otras sencillamente no logro soñar. Aun no he descifrado cuáles son peores, pero sigo intentando dormir después de todo. No es fácil dejar de huir a tu cuarto cuando el miedo carcome mi cabeza, pero por más veces que desee que espantes a todos los monstruos debo aprender a usar la espada. Es lo que más se me dificulta decirte últimamente.

Cuánto adoro todo lo que haces por mi y cuánto necesito desprenderme de ello para aprender por mi cuenta. Para no ser tan pequeña. Para que no me veas tan ingenua.
Hoy te escribo desde adentro, con la impotencia que ha optado por acorralarme y una ira adolescente que atenta con separarte de mí. Precisamente es por ello, que acudo al consuelo del papel. Para entenderme. Para entenderte. Para evitar que mi sucia boca estruje  tu corazón. ¡Pobre corazón!, que en menos de un año le han arrebatado a la confidente y mantienen pisoteando malcriadeces de niños que no terminan de crecer. Yo no puedo seguir marchitando mi alma, cediendo solo para complacerte.

De mi madre he heredado maquillaje, una melena de león y un corazón valiente, por consiguiente, no puedes esperar a que me siente a esperar que la vida presida de mi. Sé que “el mundo” no es terreno seguro, sé que no mido riesgos y estoy segura de que estaré envuelta en líos pero no hay forma de evitarlo.

¡Pero claro que es peligroso! y debo admitir que el morbo me encanta.
¡Pero claro que lo haré! el instinto me llama,
¡Pero claro que me meteré en problemas! no nos mintamos, de igual manera no hay forma de evitarlos... Pero espero que por fortuna pueda distinguir entre aquellos que realmente valen la pena. Déjame intentarlo.

Sé que es difícil entenderme. Lo sé porque me ha costado mucho tiempo. Y sé que no he sido un buen ejemplo, pero precisamente por esto que sé, es que ahora estoy tan segura.
Tienes miedo a que sufra, pero padre… Ya he sufrido.
Tienes miedo a que fracase, pero padre… Ya he fracasado.
Y precisamente porque lo he sentido como protagonista es que hoy te pido que tengas un poco de fe. Y también sé que no tengo la moral para pedirla - nunca fui de iglesias- , pero necesito que en estos momentos creas en mi. En que todo estará bien. Si tu lo haces, será mucho más  fácil para mí  hacerlo también.
Cree en mi, ámame y déjame volar. De más está decirte que conmigo estarás.

Sé que peco de inocente, pero es precisamente eso lo que me defiende. No sufro por maldad porque no la veo, pues no la tengo y hasta el más vil de los seres puede detectar cuándo un corazón es honesto. Mi don ha sido el de dejarme encantar. Por la gente, por las calles, por las historias dramáticas y los juegos de la oscuridad. Por eso sé que lo mío es viajar.

Entiéndeme y ayúdame a entenderte.
Entiéndete y te permitiré conocerme.
Sé feliz por mí para cuando el sol no se me acerque, poder ser feliz por ti, porque a mi lado he de tenerte.
Sé mi respaldo y no mi yugo.
Dame seguridad y no más dudas.
Alimenta mi espíritu y no mis miedos.
Yo seré valiente por ambos, si tan solo me permites serlo.

Mi corazón crece a medida que me adentro hacia lo desconocido. La impaciencia se apodera de mi ser y me transforma en el ave libre, que emprende el vuelo, que toma un riesgo a conciencia y se promete vivir sin arrepentimientos.

Prometo que volveré, siempre, con muchos más besos.
Hasta pronto papi. 
No sé a dónde voy, pero sé bien de dónde vengo.



Atentamente: Ni tan pequeña Lulú.

P.D: Recuerda sacar a pasear al perro.