sábado, 1 de junio de 2013

El borracho militar de la Plaza "El Llano"

Esta historia me la contó un borrachito quien me invitó un par de tragos de anís mientras estaba con mi pareja de turno sentados en la plaza "El Llano" de Mérida y siento la necesidad de que más gente sepa esta historia:

Él era militar y una de sus asignaciones fue cuidar la casa del Coronel o el Capitán (no me muevo muy bien en las jergas de la milicia)... Así que pasó Diciembre cuidando su casa junto con otros soldados... Dicho Coronel tenía una esposa joven y hermosa, muy bonita la señora... Y su amigo, el amigo del soldado quien terminó siendo el borrachito de la plaza, se enamoró de aquella señora... No sé si fue amor como tal o sólo lujuria, pero se sintió atraído a esta mujer y la mujer por él... Así que comenzaron este amorío mientras su esposo no estaba en casa.
Una noche el hombre llegó temprano y encontraron al soldado con la mujer del jefe... El jefe cuando los ve, hace que el soldado se pare y se vista y le exige que saque todo el dinero que tuviera en sus bolsillos... El soldado lo hace y digamos que eran 10bs de los de ahora (el borracho me contó la cantidad de bolívares de aquella época pero no la recuerdo)... Así que cuando el soldado saca sus diez bolívares le grita el Coronel: PÁGUELE!, y la mujer ofendida comienza a protestarle, el soldado no sabía que hacer y el jefe insistía... El jefe tomó el dinero y se lo lanzó a la cama a la mujer y dijo "A toda prostituta hay que pagarle".
Desde entonces, cada vez que el Coronel tenía sexo con su mujer, terminaba pagándole la misma cantidad de dinero que tenía el soldado en los bolsillos.
Esto hizo que la mujer entrara en depresión y terminó suicidándose a finales del mes.
Nunca se supo que pasó luego de que los encontrarán, nunca se supo más de aquel soldado.

Terminó diciéndome el borrachito que él no bebía siempre, pero que le era imposible no hacerlo cuando recordaba el sufrimiento de aquella mujer, la ira de aquel hombre y la desaparición de su amigo.

Casualmente era diciembre, lo sé porque recuerdo la fecha en la que estuve con aquel muchacho de turno.

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