sábado, 29 de marzo de 2014

Amor, ¡Cómo te extraño! Que tu muerte no haya sido en vano.

Carta de Carmen Yorlet, viuda del Sargento Parra

¿Cuántos más tienen que morir para que finalice esta guerra sin sentido?... De hermanos contra hermanos.

Ya venimos viviendo problemas sociales difíciles que se han agravado durante los últimos años. Donde para nadie es un secreto la falta de productos de primera necesidad, la escasez de alimentos, medicamentos, repuestos, cauchos, baterías, vehículos, etc.
Cada día que pasa los venezolanos que piensan como muchos de nosotros observamos un país que va como el cangrejo... En retroceso... Y sigue sin dar un paso hacia adelante.
Lo más triste del caso, es que sólo parece funcionar para complacer las necesidad de algunos pocos hambrientos de poder.
El 26 de marzo me despedí de mi esposo, Miguel Parra o como yo le decía, al igual que muchos de ustedes "Migue", quien subía a un viaje largo sin retorno; pues su madre y hermanos me pidieron que sus restos sean sepultados en su tierra, "El Tigrito" (Edo Anzoatégui), al oriente de Venezuela.

Una noche, después de un larga jornada de tres días sin dormir, sin comer, quise prender el TV para ver si conciliaba el sueño y estaban repitiendo un reporte en el cuál el Gran Alto Mando Militar brindaba su total apoyo al Presidente Nicolás Maduro. ¡Qué indignación!... ¡QUÉ IMPOTENCIA!, tristeza... que a pesar de que mi querido esposo no lo habían enterrado siquiera, esos señores hipócritas, que dicen ser amigos y protectores de su tropa están con el enemigo; ya que sus jefes (claro, no todos) en su mayoría brindan el apoyo a un Gobierno que le quedó grande este país. Que si no fuese por la mala administración, despilfarro, corrupción, indiferencia, actualmente esto no estaría pasando.
No existirían reclamos, ni protestas realizadas por un pueblo que sufre, sin oportunidad de empelo digno, que aspira a una mejor calidad de vida; ya que, ¿quién se quejaría de un Gobierno en el cual haya abundancia de alimentos, de medicamentos y de los productos antes mencionados?
Lo que hace el pueblo es protestar...
Protestar ya que se da cuenta de que este Gobierno lo está haciendo mal, muy mal. Los jóvenes estudiantes son los más afectados, quienes egresan de reconocidas universidades con un futuro incierto. No hay empresas donde trabajar, las fábricas las quebró el Gobierno, no existe una real oferta laboral.
Aunado a todo estos problemas tenemos que enterrar todos los días a nuestros seres queridos, esposos, padres, hijos, amigos, profesionales, estudiantes, obreros, viejos, jóvenes y militares.

¡¿Hasta cuándo?!

Van más de 40 muertos, pero aun no he oído, ni visto, que hayan asesinado a un General de División, a un Comandante, a un Coronel, que sean sus hijos o familiares más cercanos los que estén llorando. Los militares que han muerto son de rango de Capitán hacia abajo, porque claro, el alto rango solo está en oficinas, dando órdenes, supervisando en carros blindados, con una carpeta debajo del brazo y quienes salen a la calle a defender los intereses de un Gobierno son los subalternos.
Ellos no tienen que preocuparse por ir a hacer una cola de tres horas para comprar un kilo de leche, amanecer en un Mercal, no tienen que preocuparse por conseguir un producto de primera necesidad ya que por una simple orden lo tienen por fardos, bultos, camiones para ellos y sus allegados.
Pero... ¿para el Guardia Nacional?
A ellos si les toca ir de abasto en abasto para conseguir una mantequilla, un litro de aceite... No por falta de dinero, sino por la falta de los productos.

Venezuela a nivel mundial es uno de los países más ricos del mundo y con el pueblo más pobre. Mis palabras son especialmente para esos militares que arriesgan todos los días su vida por algo sin sentido... Por la situación injusta del país. ¡Únanse!, ¡No se dejen matar! ¡Reclamen sus derechos!... Los están enviando a la calle para ser acribillados.

Me hago una gran pregunta, ¿por qué no sale un General de División o un Coronel, o un Comandante a levantar barricadas?. Guardia Nacional Bolivariano, no dejes a tus hijos, a tu esposa, a tus padres solos... Ya que el que queda en este mundo es el que sufre su valiosa ausencia.

Mi esposo trabajó por casi 27 años, dedicó su vida a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, acudía al trabajo así estuviese enfermo, no recibía reposos. Muchas veces fui testigo cuando lo acompañaba a la consulta y médico le exigía que debía guardar reposo, él no aceptaba, prefería seguir trabajando.

¿Qué queda de todo esto?...
Una medalla de honor, un ascenso post mortem
                                                                   
                                                              ¿PARA QUÉ?

No confíen en su alto mando militar, son unos traidores... Pero algún día ellos tendrán que recoger las lágrimas de un pueblo que llora a sus muertos.

                                                                                        
                                                                                        Carmen Yorlet Castro de Parra
                                                                              San Juan de Colón, Táchira. 28/03/14





martes, 25 de marzo de 2014

No era un GNB, era de la FANB y era mi amigo.

A estas alturas del partido, parece como si en Venezuela lo primero que se devaluó fue la hermandad, el querernos los unos a los otros, lo primero que perdió el valor fue la humanidad. Y después que uno ve tanto, que escucha tanto, que llora tanto... Cómo poder seguir creyendo cuando toda la esperanza te la han arrebatado?

Soy joven, estudiante universitaria, sin ningún partido político pero opositora a este régimen y manifestante y una mañana hace no mucho me despertó mi celular por las llamadas insistentes de mis vecinos, cuando atiendo, me piden que vaya de inmediato a la avenida, "Nos están atacando" me dijo; así que fui corriendo con mis armas de construcción masiva: Mi pincel, una hoja y pintura.

Cuando voy llegando a donde solía estar nuestra barricada veo una tanqueta (o carro blindado, como prefieran) atravesar la calle y salgo corriendo, veo a mis vecinos reunidos y pregunto qué pasa? Ahí me entero que desde tempranas horas de la mañana una cantidad absurda de policías, guardias nacionales, 2 tanquetas, la ballena y unos camiones decidieron visitarnos y quitar nuestra barricada. Un herido por un golpe de un policía, un disparo de perdigón al aire y muchos vecinos preocupados. Saco mis armas y comienzo la acción "Y LA PAZ?" decía mi pancarta y corro hacía donde están estos oficiales. En lo que llego una de las tanquetas comienza a andar y decido colocarme enfrente con mi pancarta (soy manifestante y radical, nunca he lanzado una piedra en mi vida, conozco una mejor forma de defenderme, soy capaz de arriesgar mi vida por un cambio en mi país), la tanqueta me esquivó y arrancó (sorprendente lo rápido que van esas cosas!) y corro a su lado, atravesándome ligeramente como podía pero se me escapó. No iba a darme por vencida, así que bajé corriendo de nuevo a donde estaban los oficiales, primero me habló un policía de muy, muy mala gana, pero mi objetivo se cumplió así que me dirigí a donde descansaban sentados unos GNB, como siempre en silencio, mirada fija y cartel en alto. No pasaron ni tres minutos cuando uno me llama y me pide que me siente y conversemos. Eso hice.



Así conocí al Sargento Miguel Antonio Parra.
Por qué será que los buenos siempre son los primeros en irse?

Me dijo "Todos queremos la paz pero, qué es lo que está pasando, cuéntame por qué protesta la gente de arriba, por qué vienes tu con ese cartel y por qué tienen esas barricadas?" Y eso hice, el señor, tan pero tan increíble, que me pidió una hoja, pidió un lapicero a uno de colegas (quienes debo admitir tardaron, TARDARON en darselo) y comenzó a escribir "Por qué la gente protesta?", ajá hija, cómo te llamas? "Lulú", ajá Lulú, dime.
* INSEGURIDAD, Mérida blah blah blah....
* ESCASEZ, cómo es posible que blah blah blah.
* INFLACIÓN, yo soy joven y aspiro a un mejor futuro pero blah blah...
* IMPUNIDAD, te secuestran, roban, matan y aquí como si nada...
* CORRUPCIÓN, todo depende de a quién conozcas.
* CENSURA, hace unas semanas Señor que me amenazó un policía, me empujó y golpeó a mi hermano por colocarme yo en silencio frente a la sede policial con esta pancarta:


Me escuchó, anotó TODO tal cual como se lo expresaba, cuando le expliqué el por qué de las barricadas me dijo "Aquí todos saben quienes son los Tupamaros, cómo es posible que no estén presos?, Vamos a organizarnos Lulú, tu me dicen quién es Tupamaro y yo lo arresto y lo reviso ya mismo"... "Pero aquí no hay ninguno, están uds, ellos viven en ...." "Pues hablaré y vamos a ver cómo hacemos con esa gente porque TODOS me han hablado de ellos"

La cosa es que no sólo me eché a llorar repetidas veces sino que me calmó en cada una de ellas, anotó mis quejas, anotó las razones de las barricadas y hasta me pidió mi número. Yo le dije "Tu estás loco? Va y me fichas después" y me dijo "Lulú, tu no quieres paz? Cómo la tendremos si no podemos confiar ni entre nosotros" y ahí me jodió y lo mire raro, así que me quitó la hoja donde estaba mi pancarta y escribió el suyo "Ves, yo te di el mío, puedes confiar en mi, no te haré nada" y anoté el mío en la hoja donde él escribió los problemas de la comunidad.


Me mostró cómo es su uniforme "Mira Lulú, esta vaina no para una bala" (maldigo ese uniforme, tu debiste ser el primero en tener un chaleco). Me mostró los tiros que tenía la tanqueta donde él transitaba. Las armas que usaban y hasta pude conocer los perdigones y bombas lacrimógenas sin tener que correr por ello. Me dijo "Uno tiene que defenderse" y yo le expliqué mi teoría sobre las protestas (La teoría creacionista del Caos pero referente a las protestas) y le dije "Las balas no salieron sino hasta una semana (por lo menos en mi ciudad), si no hubiesen tumbado los portones de las residencias, baleado casas, insultado a través del parlante de la tanqueta esto NUNCA hubiese sucedido" y me dio toda la razón, me explicó que ellos recién llegaban a Mérida, la situación en la que andaban, con poca ropa, sin poder lavar, comiendo mal, durmiendo mal, duchas escasas y para más, los Merideños que eran los educados y amigables los reciben a coñazos. Le expliqué que vino en mal momento y mal vestido (uniformado) pero que cuando pudiese salir como civil él y yo daríamos un paseo por la ciudad y le explicaría todo.

Les digo que era tan pana pero tan pana, que le dije que en Carnavales quise protestar en traje de baño con una pancarta frente a la ballena y que no lo hice porque mi mamá no confía en los uniformados (ni yo) y dijo que podían agredirme. Migue me dijo que si le conseguía un traje de baño nos bañabamos con ella ahorita mismo.

Chamo, hablamos de todo... Les puedo decir que ese hombre me conocía y eso que sólo fue una mañana... Le dije que si algún tupamaro llegaba a agredirnos por la noche, yo misma sería la primera en levantar la barricada y que se acordara de mi cara, porque al que tendrían que bajar a golpes del camión sería a mi. Me pidió que si eso sucedía lo llamara de inmediato, a cualquier hora y me prometió que el haría algo al respecto, pero que nos protegería. Le dije "Confiaré en tu palabra hasta que me demuestres lo contrario". Viste cómo es Dios chico, que ni te dio el chance de que un día yo pudiera estar molesta contigo!

En eso los llaman para que suban al Centro Comercial y yo le dije "Lo siento mucho pero allá arriba hay un montón de gente asustada, déjame hablar con ellos". Eso hice y les expliqué, mis vecinos dudaban pero subió el pelotón. Me advirtieron "No te dejes engañar, ellos son malos, te hablan bonito pero te volteas y disparan... Ellos torturan a los jóvenes, a otros los asesinan, ellos no son humanos Lulú, están entrenados para eso" Así que decidí usar nuestro nexo como amenaza. Me acerqué a ellos y le dije "Yo estaré con ustedes, a donde vayan, mientras estén aquí, el tiempo que estén acá. Porque allá tengo gente desconfiada y asustada y no permitiré que nada malo le pase a esa gente. Ustedes verán pero si se les ocurre disparar, primero tendrán que dispararme a mi". Migue me ofreció asiento, sacó un cigarro, le pedí uno y seguimos echando cuentos. El pobre, con hambre y alergia a morir, con tantas picadas que ni pa' saber qué era lo que tenía. Así que baje a la farmacia, le compré alcohol, algodón y loratadina (para la alergia), le expliqué cómo la iba a tomar, se limpió las picadas (se bañó con alcohol realmente) y en eso llegaron un par de vecinos a hablar con ellos.

(Inserte aquí los mismos problemas que vivimos TODOS los Venezolanos más el abuso policial, complicidad con los cuerpos delictivos, etc)

Luego de que todos hablaron, Migue me invitó a almorzar (a mi y a mi hermano), rechazamos la oferta. Sabían que ellos pagan su propia comida?, bueno, él se llevó a otro que iba a almorzar y a mi una señora me dio unos jugos, uno para él y uno para mi. Así que fui a donde estaba comiendo para darselo. Me pidió que me sentara, insistió en que comiera y como dije que no me dijo "Bueno pero prueba este pasticho, está buenisimo" y les digo, ellos COMEN porque el bocado que me dio fue enorme. Sí, estaba bueno el pasticho. Llegó mi hermano, luego mi otro hermano, hablabamos los 5... Migue me contó de su hijo, resulta que estudia lo mismo que uno de mis hermanos. Me mostró los mensajes de su esposa, me dio su opinión al respecto de la situación del país y su descontento con todo lo que pasa. Mi hermano le mostró unas fotos y vídeos y me dijo "Hay que ver cómo hacemos que todos lo vean, allá dentro no nos dejan ver nada, sólo el canal del Estado".

Fumamos otro cigarro, echamos cuentos y me despedí diciéndole "Me caes muy mal! Porque yo odio a los uniformados, odio a la gente que tiene ese mismo uniforme pero a ti no, ni a ti (refieriendome a su compañero), no permitan que unos delincuentes ensucien ese uniforme. Háganme creer en los cuerpos de seguridad del Estado. Habla con los que sabes que actúan mal" y me dijo "Todos los que están conmigo son como yo, aquí ninguno abusa de su posición" Y me fui.

Comí y volví para la Asamblea de Vecinos y Migue seguía ahí, lo salude y me reuní con la gente. Hasta que una señora dijo "No podemos discutir nada al lado del enemigo" y le quité la palabra para decirles "Ellos NO son el enemigo. El enemigo es el Estado, no se dejen confundir" En eso se inició una pelea, muchas me apuntaban de inocente, señalaban, criticaban y me partí en llanto al llegar a casa, le explicaba a mi familia "Ellos son buenos, sí hay malos pero si yo estoy pidiendo humanidad, si les estoy pidiendo que recuerden que soy como ellos, venezolana, por qué los voy a mal tratar?" No, yo siempre apostaré a la humanidad del individuo.

Desde ese día decidí no reunirme con los vecinos, protesto a mi forma, si veo una actividad me uno pero ya no participo en las Asambleas, al final, no me conocen, me juzgan y desde entonces muchos me miran mal pero, yo sé lo que ha pasado, sé lo que han hecho los de su mismo uniforme pero él me dio su palabra y hasta que no la rompa, no seré mala con él (ellos).

Migue me escribió seguido esa semana, siempre preguntando cómo estaba yo y cómo estaba la comunidad. Siempre le respondía lo que acontecía, cómo me sentía y el volvía a preguntar "Y TU CÓMO ESTÁS?", no lo dejé hablar lo suficiente, pero quedaron unas cervezas pendientes, cuando terminara todo esto y el Gobierno finalmente asumiera sus responsabilidades, él y yo y los muchachos que quisieran íbamos a pasear por Mérida y conocernos como civiles. Alguien me quitó esa oportunidad y seguramente ni tenía idea de quién era al que apuntaba.

Ayer me entero que asesinaron a un GNB en la parte de arriba de La República Independiente de Las Américas (Av Las Américas antes de las protestas), yo lo conocí en el otro extremo de la república, supongo que hay distintos gentilicios a lo largo de la misma.

De una le escribí "La gente se alzó, quemaron el apartamento de una dirigente estudiantil. Ten mucho cuidado". No respondió pero él siempre respondía tarde así que bueno...

Hoy le vuelvo a escribir "Migue, cómo estás? Ando en el centro y tu?"
Y recibo la llamada más triste que he recibido en mi vida (nunca antes me habían matado a un pana) "Hola, eras amiga de Miguel Parra en Mérida?" -"Sí, Quién es?" "(no entendí bien) A él lo mataron ayer, estamos en Colon para su entierro"
Se me fueron las luces, comencé a toser, temblar, llorar "Yo si supe de eso pero no sabía que era él..."
"Yo leí tu mensaje pero no te avisé al momento, se me pasó. Lee la prensa"
Creo que se cayó la llamada, no recuerdo, sólo sé que comencé a llorar en mitad de la calle.

Salí corriendo al primer kiosko y compré el periódico, lo abro y en efecto. Fue él.
Por qué será que los buenos siempre son los primeros en irse?

Conocía muy poco de él, lo suficiente como para decirles que era mi pana, que le tenía cariño, aprecio, admiración, que me preocupaba por él y por sus colegas.
Yo no creo en las casualidades, entré a una tienda y me partí en llanto y la que atiende me dijo "Yo también conocía al oficial que mataron".

Tanta impotencia, tanto llanto, no pana... Así no son las cosas! No tuve ni chance de despedirme, nunca le di un abrazo siquiera... Coño, no!

Y luego recordé lo que él significaba para mi y lloré como sólo recuerdo haber llorado a mi abuela difunta. Él fue exactamente lo que yo rogaba en esos días, una muestra de que en el mundo aun existe humanidad en las personas.
Me hizo creer en la gente, en la bondad de los extraños, en la palabra de alguien... Me recordó que no todos son malos y que sí, en efecto, hay unas lacras con uniforme pero que abunda más bondad y ganas de cambio que maldad.

Recuerdo que le dije "Si siguen matando a estudiantes... La cosa se va a poner cada vez más fea" y me dijo "Qué, por cada estudiante muerto, un verde muerto?"
Y le dije "NO, así no son las cosas, sólo, todo será más tenso"

Si quien disparó creyó en eso le digo que nuestros caídos, TODOS, no nos doleran menos por la sangre de un uniformado y que no existe mejor venganza que el perdón.

Aquí iba escribir todo lo injusto que es esto, el dolor tan inmenso que siento, me quitaron una luz, Venezuela cada día es más oscura, hasta cuándo?
Pero luego recordé que no se llora a los muertos, se celebra quienes fueron en vida.
Y ese señor, sargento, uniformado, FANB, papá, esposo, panisima... Migue... No hay palabras que describan lo mucho que hiciste por mi y por Venezuela. Tu amabas tu trabajo, yo no entiendo cómo alguien puede querer ser parte de un ejercito pero él me explicó que cuando se inscribió las cosas no eran como ahora y que proteger a la gente siempre había sido algo que le gustaba.

Si llegan a agredirme alguna vez, si llegan a meterse con mi comunidad... Yo saldré a defendernos como sé hacerlo, con agallas y esperanza.
Porque usted señor me dio su palabra y yo confié en ella y confío, dijo que me protegería y sé que lo seguirá haciendo. A mi, a su familia, a sus amigos y a nuestra amada Venezuela.

Dios, aquí entre nos, no era necesario que te lo llevaras... Yo pude haber escrito esto sin que lo hicieras, pero supongo que querías también un poquito de Migue, y tienes razones... Era un ser humano increíble.

Dentro de tanto caos, tanto dolor, tanta sangre y lágrimas... Dentro de tanta oscuridad, inseguridad, pelea que cubre mi país hay pequeñas luces entre nosotros. Gente que nunca imaginamos conocer y que sin duda alguna, están ahí para recordarnos que sí es posible un mejor país, donde todos podamos estar tranquilos, que sí se debe creer, se debe creer en la gente... Porque si no, qué nos queda?

De tantos días de protesta he aprendido tanto, conocido a tanta gente y te llevaste a uno de mis favoritos; porque no sólo era tremendo tipo, sino que era tremendo tipo uniformado y en estos momentos, mucha gente necesita conocer a los que son como era él; porque unos cuantos bastardos han ensuciado el nombre de las instituciones que deberían resguardarnos pero eso no significa que ahí dentro no existan quienes realmente amen su trabajo, crean en la ética, tengan valores y consciencia.

Moral y luces son nuestras primeras necesidad.
Y aunque te llevaste una de las luces que alumbrara mi oscuridad en este país; me recordaste que aun existen valores, gente que respeta a los demás y que cree en la gente, en que existe la bondad y hermandad.

Señor Miguel, disculpe que lo llame "Migue", pero es que usted era mi pana.
A sus familiares, mi más sentido pésame y creo que lo más que puedo hacer por ustedes en estos momentos es escribir esto; disculpen lo largo pero es que los cuentos buenos merecen ser bien relatados.
A sus amigos, los envidio, yo quisiera haber compartido muchísimo más con él.
A los manifestantes, no todos los uniformados son malos, no se ensucien las manos de sangre y pena. Luchemos por Venezuela con la frente en alto y que sean nuestras esperanzas el arma con que ganemos esta triste guerra.
A los que piensan diferente, yo tampoco les pido que piensen igual pero por favor, que eso no les haga olvidar que detrás de esa bandera, hay una persona que de seguro te encantaría conocer.
Y al Gobierno... Tremendo tipo se les fue de la FANB, cuántos más quieren? Dejen las armas, revisen a los que lo están haciendo mal. Muestren justicia y así podremos comenzar a hablar.

A su hijo en especial. Pana, cuando necesites algo, lo que sea, llámame y aquí te resuelvo. Tu padre era tremendo tipo y de eso no hay duda pero debo recordarte que dentro de tanto repudio a las instituciones, tu padre no será otro del montón. Él creía en la ética, sus valores bien puestos, militar ejemplar, de verdad, cuando escribieron la misión y el código de ética del militar, lo hicieron pensando en tu padre.

A TODA VENEZUELA, ÉL, ESTE SEÑOR, ERA LA VIVA REPRESENTACIÓN DE LO QUE SOMOS LOS VENEZOLANOS. NO INTENTEN CAMBIARLO. NO DEJEN QUE NADA NI NADIE LOS CAMBIE. NOSOTROS SOMOS HERMANOS, CREEMOS EN NUESTRA GENTE Y ESO DE OJO POR OJO, ESO DE ODIO, ESO NO VA CON NOSOTROS.


Sargento Miguel Antonio Parra fue un HONOR conocerlo.
Siempre tendrá TODO mi respeto.
Y aquí tiene, se acuerda que le dije que quería ser escritora? Cuando pueda pensar con mayor claridad, tendrá más de un verso dedicado a su ser.



Sé que un día, allá arriba nos beberemos la fría que quedó pendiente y celebraremos que el bien siempre vence contra el mal. Celebraremos a la humanidad. Yo buscaré cómo, pero la rescataré y usted tuvo mucho que ver en eso.

Ya volví a llorar... Pero es que entiendan. No era un GNB, era de la FANB Y ERA MI AMIGO Y ERA VENEZOLANO (oriental pa' más ñapa <3 )


Seguiré en pie porque creo en un mejor país y usted fue prueba de que lo que yo sueño, lo que anhelo, es posible.
<3 Que descanses en paz Migue, 24/03/14

martes, 11 de marzo de 2014

Manifiesto por escrito.

Que estoy jodida a un nuevo nivel, uno que desconocía hasta esta noche.
Y tomo plena responsabilidad por los actos y el dolor que pueda causarle a terceros.
Pero me declaro incapaz de poder confiar en alguien.
Yo que me jactaba de la inocencia, la que siempre me caracterizó y me dio fama.
De ser tan crédula que varias veces dijeron ser incapaces de realizar una mala jugada en mi contra porque no la merecía.
Y que muchos de mis allegados batallarían a capa y espada contra cualquiera que quisiera afectar mi entorno de fantasía.
Ahora quisiera dejar algo más por escrito.
Que si de hablarle se trata, no podría.
Yo ya no sé cómo hablarle, no tengo nada que decirle.
Sólo una cosa y por eso preferiría hacerlo ahora que he ordenado otro espacio de mi cabeza.
Siempre disfruté el decir "No cambiaría nada de mi vida" pero ahora si hay algo que quisiera.
Y es que desearía, si tuviese la oportunidad, retroceder el tiempo y decirle cuando tuve el momento que le fui infiel y me acosté con un completo desconocido.
Recuerdo que me tortura hasta estos momentos no porque esté mal, sino porque quise hacerlo. Quise decirlo, necesitaba decirlo y me molesta tanto el que no lo hubiese hecho.
No sé cuándo podré perdonarme el no haberlo hecho.
Debí haber huido si iba a hacerlo.
Esa tarde, cuando salí corriendo del museo y prometí no volver.
No debí pedir consejo, no debí sentarme en la escalerilla a pensar.
Debí haber tenido el valor para irme si no iba a afrontarlo o regresar y decir lo que me carcomía la cabeza.
Pero me dejé llevar por mis ganas de no perderlo.
Es que, carajo! Después de que me abrazó y lloró sobre mi hombro, decir eso...
No debo ser tan dura conmigo misma.
Era demasiado joven.
Estaba demasiado asustada.
Muy inmadura e irresponsable.
Pero gracias a eso nunca podré confiar en nadie, ni en mi misma.
Porque sé que me he mentido sólo para llevar "la fiesta en paz".
Yo no tengo ni fantasías, ni sueños, ni ganas de retomar una incrédula amistad.
Y es que aun si las tuviese, cómo para qué?
Cómo para qué quisiera yo alguien en quien no puedo confiar?
El problema es que me pesa, me molesta pero es cierto, no puedo confiar ahora ni en lo que es bueno.
Es dulce, es atento, joder!
Hay tanta gente que ha intentado demostrarme tantas cosas y sencillamente aunque lo sé.
Aunque lo acepto.
Sencillamente yo no puedo.
Me declaro emocionalmente incapacitada para salir con alguien.
Pues sería una farsa si no consigo confiar en ningún gesto, en ninguna palabra.
Ahora pago mi error por adolescente.
Confíe de más en quien no debía.
Confíe de más en lo que yo quería.
Confíe más de la cuenta.
Y me aferré a pequeñas dosis de subrealismo que usted me decía.
Con tal de bajarme (les) las bragas, lo haría y de eso estoy segura hoy en día.
No debo ser tan ruda con mi yo inocente.
Asustado.
Joven.
Y de 17 años.
Pero de ahora en adelante, debo ser muy ruda conmigo misma.
Y ver cómo carajos hago para volver a creer en algo.

martes, 4 de marzo de 2014

Entre la línea de fuego.

En tiempos de guerra, cualquier caricia se es bien recibida.
Quién soy yo para exigir cuando mis fuerzas se van en gritar injusticias.
Los besos, al igual que la autoflagelación, tienen el poder de callar las almas.
Entorpece los oídos y se libera la cabeza de cargar con el cuerpo.
En tiempos de guerra, cualquiera se vuelve de fiar.
Por un momento, cuando no se cree en nada, es necesario creer en algo.
Quién soy yo para exiguir cuando mis fuerzas se van injustamente.
Pero no se puede arriesgar mucho, así que sólo ofrezco mi corazón al primer postor.
Me ha ido bien y lo reparto en fracciones entre la necesidad y las ganas de querer...
Querer... lo.
los.
A todos los que puedan brindarme abrigo.
De tantas balas, de tantas bombas... Cualquier refugio es bienvenido.
Quién soy yo para exigir cuando mis fuerzas se van llorando injusticias.
La incertidumbre no llega sino hasta luego de atardecer.
Las calles parecen tranquilas y hasta más seguras de lo que solían ser.
Pero nunca se sabe cuando comienzan a disparar los de uniforme o sin el.
Si corres te atrapan y si no, también.
Con tanto en tantos lados, la información viaja al igual que los objetos, de lado y lado.
En tiempos de guerra, cualquier caricia es tomada como honesta.
Porque todos necesitamos un poco de ternura en medio de tanta mierda.
Cualquier beso será bien recibido.
Lo que sea para escapar un momento de la realidad.
Pues...
Quién soy yo para exigir cuando mis fuerzas se van padeciendo injusticias.
Cuando se está entre la linea de fuego.
Cualquier estrategia es parte del juego.