domingo, 13 de julio de 2014

Cuando la luna explotó más que yo

Háblame de los besos en la espalda bajo la luna llena incandescente,
cuéntame de los juegos indecentes abiertos al público imaginario
dime, ¿cómo es que tu pecho logró ser almohada perfecta para disfrutar la velada en el piso de concreto?
De las terrazas que se hacen balcones
de los abrazos que se vuelven cobijas
del frío en bajos pisos térmicos y de los detalles que se reviven en recuerdos
La fuga adolescente de la media edad para aquellos que buscan vivir un poquito más allá,
sin necesidad de vicios, apuestas o juegos de azar
Desnúdame y me visto
te visto y te desnudas
te toco
te miro
y me pierdo entre las colinas de tu espalda.
Bésame en el cuello
más abajo y entre el medio,
que poquito a poco se me va quitando el miedo
Me dejaste sin excusas para hacernos una trampa
no tocó más que aceptar el romanticismo del momento
Del placer quedan las sonrisas sonrojadas a medio dar mientras se echan los cuentos
y del querer, quién sabe... Quizá se pierda entre las estrellas y nunca llegue su momento
O...
Y no me veas a los ojos mientras te cuento.
Quizá y podamos comenzar con estas escenas un nuevo cuento.

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