sábado, 4 de enero de 2014

Carta a un futuro desconocido:

Hemos llegado al punto donde nadie espera nada, donde se busca todo por costumbre más que por ganas. Hemos llegado más lejos de lo que creímos poder, puesto que ninguno lo quiso realmente y cursi pero cierto, llegó por sorpresa. Quién tiene el control? Quién dice la última palabra? Aun cuesta creer que sigamos en la misma ruleta, el juego de poderes que, a pesar de ser inconsciente, ambos queremos ser ganadores. La paciencia no tiene nada que ver en esto, ni la esperanza, creo que ni siquiera el amor. Todos los adjetivos en los que se puede definir parecen ser usados en vano, nada lo explica, nada lo expresa, nada siquiera se acerca. En todas las escenas que soñé en mi cabeza nunca estuvo presente esta. Como si el guionista quisiera darle un giro completo a la historia para asegurar un mayor número de ventas. Ya no hay romance. Bien dijo que a estas alturas no cabían cortejos ni engaños. Ya no hay pasión. Ya no hay ganas.  Como si se tratara de una apuesta, usted se va o yo me voy y es sólo cuestión de tiempo para volvernos a topar. Por el simple placer de meter la pata, jodernos o principalmente, joderme a mí. “Hagan sus quinelas muchachos, él decidió irse esta vez, ustedes ya saben… Era su turno, yo me salté dos”. De qué rayos estamos hablando? Qué demonios estamos haciendo? Jugamos a los sims con mis sentimientos o tú también estás involucrado en esta comedia, en este reallity show con guión rebuscado, en esta rayada melancólica sinfonía. Quisiera de verdad poder cerrar mis ojos y abrazarlo, llorar en su pecho y que me de uno de esos pequeños besos que bien saben cómo calmar las bestias y mentirle a la princesas. Quisiera poder sentir todo lo que una vez creí sentir. Sentirlo de nuevo. Poder sufrir, poder reír, sentir la ira calentar mi sangre o la incertidumbre mordisquear mis dedos. Desearía tanto poder hacer real cada uno de mis escritos pasados, por lo menos una vez, por lo menos esta noche. Quién lo diría querido? Estaba estancada en una fantasía creada por mi propia imaginación y necesidad de sentir. Irónico pero cierto. Nunca hubiese deseado ni en las versiones más tristes de nuestra historia en mi cabeza que todo resultara tan real y definitivo como parece serlo estos días, estas noches, estas cervezas que a la mañana ya no dan dolores de cabeza. Ni el agua de la fuente está más fría ni mi garganta puede estar más reseca. Ya duermo si quiero dormir y sueño sólo cuando se me está permitido. He crecido, soy una mujer y tengo compromisos. Ni en mis peores fantasías, ni en mis mejores pesadillas había querido terminar en quien soy ahora. Yo que siempre fui tan coqueta, tan pequeña, tan traviesa, tan crédula e inocente. Yo quien siempre tuvo miedo, quien miraba antes de cruzar la calle, que cumplía sus placeres se ha dejado asesinar para poder cuidarse más. Mi otro yo tomó posesión absoluta de cada uno de mis movimientos y, no me quejo. Ahora tengo estabilidad, tengo orden en la cabeza y en mis sentimientos. Lamento mucho esto, lo lamento para ambos, de verdad que sí lo quise, lo quise mucho pero me he dado cuenta de que desde hace dos años hasta ahora era sólo la necesidad de querer quererlo, de querer creer en el querer. Me he dado cuenta y me duele mucho saber que usted realmente no altera mis días, que no me retuerzo al ver su imagen y que puedo caminar tranquila las calles de la enorme capital sin miedo a toparme con usted, pues no lo conozco, no lo reconocería, mi cabeza lo esquivaría. Como mi nariz, te obvia. Lamento informarle al corazón que el corre corre terminó y que aún se sueña pero con los tacones ajustados. Ahora y en retrospectiva ya no siento lástima o compasión, ni de mí, ni de usted, ni de nosotros (si es que aún existe tal, cosa que dudo), cada quien tiene sus motivos para odiar y sin embargo usted no lo hace? Qué espera? Una ovación o reconocimiento por su actitud Mandelista. Que si usted no lo hace yo no debo? Que si usted pudo entonces yo también puedo? Felicitaciones, yo nunca podría perdonarle todo lo que hizo, y sé que mucho fue adrede. No seguiré creyendo que usted pueda ser bueno, que pueda cambiar o que sencillamente esté asustado. Ya me demostró unas quinientas veces lo que es capaz de hacer para no salir herido y por más que quisiera ser yo quien tuviese la corona esta vez, prefiero dejar el juego como una perdedora. Que se termine todo. Si era cierto que prefería la guerra contigo al invierno sin ti pero cuánto costaría eso? si nunca te tuve. Felicitaciones! Me jodió. En todas las posiciones inventadas por el humano. En todas las formas creadas por los sentimientos. Felicitaciones! Se queda con el trofeo, puede jactarse de su victoria con terceros pero yo no vuelvo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario