No diga nada que no quiero despertar, hay un corazón en cama tratando de olvidar.
Le prometo que no será breve pues no es fácil perdonar.
Camine de puntillas y entre si eso quiere, que la espera no lo desespere y si gusta se puede sentar.
No haga ruido, no se impaciente, que no hay cuna ni canción para cantar.
Y es que hay veces que despierto y le cuento todo al viento,
desde las tareas del hogar hasta un simple, cómo te va?
Y vuelvo a casa y me recuesto y comienzo a soñar y se me va el sueño, hasta que no queda más.
Cierro los ojos y me prometo que no habrá mañana, que ya no quedan besos, que esta vez sí lo he de olvidar.
Sonrío complacida, como si se tratase de una buena asesina y dejo la mente vacía pa' no volver a recordar.
Pero corazón hay otras veces en que me atormentan los quereres y me refugio bajo las sabanas de cualquiera que me quiera acobijar.
No digas nada, ya no expliques, no busco un buen consejo, sólo quien me quiera escuchar.
Que hay veces en que despierto y me veo en el espejo.
Fumo un cigarro de poco a poco.
Respiro hondo y me prometo todo
y luego salgo a caminar.
Y es que hay veces que despierto y le cuento todo al viento,
y me acuesto complacida, como si hubiese sido un buen día
como si te hubiese olvidado ya.
Pero corazón no impacientes, que la espera será breve pues y no puedo más.
Si quiere entre de puntillas, tome un poco de sangría y observeme llorar.
Pero no haga ruido, no prometo, mantenerme en silencio, me ahogan las dudas que no quiero preguntar.
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