Cuenta la historia que el humano nació para estar acompañado por otro, que este nexo se conocería como amor y que sus frutos son las grandezas humanas que hoy en día presenciamos pero el amor va más allá de un vínculo afectivo y no es preciso que sea recíproco para que sea real. He ahí el dilema de toda una generación, tanto la actual como la anterior y no me cabe duda que dentro de las mentes más brillantes de la época clásica también sufrían de vez en cuando por esta infinita y casi indescriptible sensación.
La humillación viene consigo al sentir amor.
La tragedia es parte de la novela que todo ser anhela interpretar por lo menos en una ocasión antes de la muerte pero la sociedad actual se ha encargado de impregnar con su mal genio y desencanto toda dicha posible que podría obtener alguien a través de este sentimiento.
Acaso el juego de poderes debe dictaminar cada una de nuestras relaciones?
No es posible concebir un equilibro real? más allá de pasarse la pelota dependiendo de la circunstancia.
No entiendo la nueva analogía del amor, donde uno posee al otro sin siquiera encargarse antes de fundirse en alma y aun peor, no entiendo cómo jóvenes pueden cuidar sus corazones como si fuesen dinero, sus ahorros de toda la vida que no piensan gastar en gusticos y que se les pasa el año esperando la gran oferta. No entiendo ese tipo de administración, ni de economía.
Si no puedo escribir de amor entonces de qué se supone que escribiría?
Si es solo este la razón de ser, de mi ser, del humano en general, de cada una de las especies.
El universo gira por amor, porque si no existiese entonces nadie se hubiese preguntado por las estrellas.
Si la mismisima guerra,
la sangre y fusil,
el odio parásito depende de amor para poder surgir.
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