domingo, 7 de septiembre de 2014

Alegato de defensa.

Diría Sabina, "ando buscando una mujer tan puta como yo" y bajo el soundtrack de "Contrabando" comienza este relato, que más que contar busca confesar. Dejaré por escrito mi maldición, no para alivianar pesos, creo que es el mundo el que debe de cargar conmigo y no viceversa, he ahí mi credo, mi propio perdón, mi completa absolución.

Lo que más odio de mi es lo que más defiendo.
Mi derecho irrevocable a ser humano
o no, no, va más allá de eso...
más que humano a ser bestia.

Nací en cueros, vengo de la naturaleza
y por la firme convicción de mi madre en hacer de mi un estandarte
antes de aprender a escribir ya estudiaba etiqueta.
La moral siempre fue adversa
por lo tanto no es de extrañarnos que la desechara antes de la pubertad.
Vino conmigo el día que fue firmado el documento que alega mi existencia
pero por tanto reclamo, hipocresía y queja, la he desechado por completo.

Las buenas costumbres depende de quien las mire.
No acostumbro despertar antes de medio día,
siempre que subo al bus doy los "buenos días"
y nunca he menospreciado una copa.
No soy de ninguna clase, por lo tanto regalo sonrisas a quien enmarque en mí su mirada.
Me quejo de todo solo a medida de lo posible
no exijo más de lo que no estoy dispuesta a dar
y doy todo lo que tengo a quien sepa navegar mis ríos.
No abuso de m vanidad, por lo tanto no me creo mar.
y afortunadamente...
Siempre he podido perdonar.

Mi dilema recae en nunca aferrarme a la acción sino al pecado.
La vida es corta,
de muerta solo quedarán mis pulgas
por lo que estoy bien segura que aquí, no estamos para olvidar.

Tantié al mundo para no errar
y de mí no sería nada si no pudiera fallar.

Tenté a la muerte y terminó por aburrirse,
desde entonces no volvió a buscarme y no la juzgo.

Tengo dedos de sobra para contar mis triunfos
y me hacen falta ojos para llorar las tragedias.
Poseo quizá el corazón más vil que conozco,
honesto hasta cuando engaña, miente y lo convierte en proeza.

Mi cuerpo está compuesto por baches y medallitas de guerra
en mi pared de logros solo cuelgo los errores que volvería a cometer.
Tengo un doctorado en cinismo
en mi balcón ondea la bandera de una vida sin arrepentimientos.
y aun cuando bajo la frente en busca de no encaprichar muchachos con mi papel de salvaje antes de humano.
No me doy por vencida en contar mis pecados como elogios.
Mi único orgullo es cómo al pasar los años, siguen rindiendo frutos.

De mi, no espere pleitesía.
Poco sé reconocer bondades.

No soy un maldito semi-Dios,
tampoco espero algún día llegar a serlo.
por lo que en su defecto, mi objetivo no es encantar al hombre
sino deslumbrarlo.

De mi vida no pretendo más que una condena directa a la hoguera.
Quemar bosques completos solo con la mirada,
por el mero capricho de verlos crecer de nuevo.

Tómeme completa,
me ofrezco a usted cual plato principal en fiesta pagana
en cuerpo,
alma
y espíritu
Le ofrezco mi ternura sí y solo sí, se atreve a formar parte del caos.

Sea un hombre fuerte,
no se aferre a la corriente y déjese querer por esta loca.
No espere que todos los días me siente de piernas cruzadas,
que de mi boca salga solo poesía
que elimine de mi ser toda cobardía, coraje y brutalidad.
Mi mayor placer siempre será el poder recordar,
que antes de mujer, fui animal.

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