Qué caprichosos son algunos con las fechas, jamás entendí claramente el por qué hasta que un día, bien pudiese ser cualquiera, la maldición me recordó tu nombre y desde entonces, no pude dejar de darle vuelta.
Ahora que comprendo a profundidad la necedad e innecesariedad de mis allegados por fijar en su memoria días en el calendario, noto que la única forma de no romantizar los recuerdos es cronometrarlos. ¡Vaya error el mío!, yo me quedé en el tacto.
Y así fui desarrollando una historia en base a los baches que me dejabas cada vez que yo huía. Rellenando las imperfecciones por detalles encantadores que nadie más que yo, en ese momento, vería. Y lo peor, justifico ahora, es que no hablo del tiempo pasado si no el momento exacto en el cual me daba por pensarte un rato.
Si algo aprendí de la guerra, fue a marcharme tan rápido como pueda. No tanto por el crimen, sino por la prensa.
martes, 25 de octubre de 2016
sábado, 24 de septiembre de 2016
No me recibas con las manos vacías
Resultó ser este un sentimiento tan familiar que se vistió con mis propios huesos.
Caí en cuenta entonces de la decepción d su alma.
Su deprecio, era ciertamente hacia mi, más no era conmigo.
No de la forma en la que ustedes creerían...
"En esta hogar siempre serás bienvenida. Más no esperes que te abra la puerta"
Me vi reflejada tras los cristales de todas mis relaciones pasadas.
Romances épícos, amores taciturnos y más de un arrepentimiento post-coital
Todas sin excepción formaban parte de un retrato cómico y adolescente de esta cara ya tostada.
Viajar a cada uno de forma individual o colectiva mitigaban la misma sensación. Pero cuando alguna pretendía colarse al presente, entonces recordaba lo bien que me la había pasado.
Pues nunca pude olvidarme de lo malo.
No diré que así era yo para él, pero al menos consigo una explicación coherente.
Este hastío es de antaño.
Contigo ya no tengo secretos.
Frente a ti no necesito pretender.
Me encontraste mucho antes de haberme perdido,
y para cuando te hallé, era tan tarde que ni tu, ni yo, asistimos.
Somos en nuestro mejor momento cuando nos olvidamos del tiempo.
Y nos vemos de cualquier color
Y de pronto, la vida no pesa en los hombros
La vida no existe, el mundo es ajeno.
Nos fugamos de nuestras realidades porque en ellas, ambos no cabemos.
Esa noche dormimos más juntos que nunca antes. La cama parecía una llanura desierta, a excepción del pequeño espacio que ocupaban nuestros cuerpos, haciéndose aún más pequeños uno sobre el otro. Y sin embargo, nunca nos sentí más alejados que en aquel momento. Como si esos cuerpos no fueran nuestros.
Mi mente nos observaba desde la comodidad del sofá, viendo una grieta casi imperceptible entre las sábanas que enseñaba un abismo que nos separaba por no menos de cinco millones de años.
Su piel exudaba calor y miedo, terminando por reventar el termostato de mi alma. Más allá del sentimiento físico y tangible, se encontraba este vapor indescriptible que derretía las tinieblas desde dentro.
Lloraba a cantaros un mar de lágrimas secas. La oscuridad era absoluta, así que ninguno de los dos se dio cuenta.
Su cuerpo estaba al lado del mio, ciertas partes sobre mi y muchas otras inclusive dentro. El movimiento de mis manos resultaba ajeno a la escena, no hacían caso a los mandatos de mi corazón. Insistían caprichosamente en coordinar a dónde irían. Después me marcharía yo.
Y luego nos decimos adiós,
con el descuido de quien obvia la muerte
Caí en cuenta entonces de la decepción d su alma.
Su deprecio, era ciertamente hacia mi, más no era conmigo.
No de la forma en la que ustedes creerían...
"En esta hogar siempre serás bienvenida. Más no esperes que te abra la puerta"
Me vi reflejada tras los cristales de todas mis relaciones pasadas.
Romances épícos, amores taciturnos y más de un arrepentimiento post-coital
Todas sin excepción formaban parte de un retrato cómico y adolescente de esta cara ya tostada.
Viajar a cada uno de forma individual o colectiva mitigaban la misma sensación. Pero cuando alguna pretendía colarse al presente, entonces recordaba lo bien que me la había pasado.
Pues nunca pude olvidarme de lo malo.
No diré que así era yo para él, pero al menos consigo una explicación coherente.
Este hastío es de antaño.
Contigo ya no tengo secretos.
Frente a ti no necesito pretender.
Me encontraste mucho antes de haberme perdido,
y para cuando te hallé, era tan tarde que ni tu, ni yo, asistimos.
Somos en nuestro mejor momento cuando nos olvidamos del tiempo.
Y nos vemos de cualquier color
Y de pronto, la vida no pesa en los hombros
La vida no existe, el mundo es ajeno.
Nos fugamos de nuestras realidades porque en ellas, ambos no cabemos.
Esa noche dormimos más juntos que nunca antes. La cama parecía una llanura desierta, a excepción del pequeño espacio que ocupaban nuestros cuerpos, haciéndose aún más pequeños uno sobre el otro. Y sin embargo, nunca nos sentí más alejados que en aquel momento. Como si esos cuerpos no fueran nuestros.
Mi mente nos observaba desde la comodidad del sofá, viendo una grieta casi imperceptible entre las sábanas que enseñaba un abismo que nos separaba por no menos de cinco millones de años.
Su piel exudaba calor y miedo, terminando por reventar el termostato de mi alma. Más allá del sentimiento físico y tangible, se encontraba este vapor indescriptible que derretía las tinieblas desde dentro.
Lloraba a cantaros un mar de lágrimas secas. La oscuridad era absoluta, así que ninguno de los dos se dio cuenta.
Su cuerpo estaba al lado del mio, ciertas partes sobre mi y muchas otras inclusive dentro. El movimiento de mis manos resultaba ajeno a la escena, no hacían caso a los mandatos de mi corazón. Insistían caprichosamente en coordinar a dónde irían. Después me marcharía yo.
Y luego nos decimos adiós,
con el descuido de quien obvia la muerte
miércoles, 29 de junio de 2016
En la Concordia el pan está caro
Guardo en el bolsillo todas las promesas que nunca tuve
para sacarlas en cara a el destino cuando quiera cobrarme cuentas pasadas
Vamos por el principio, que siempre me duermo en los finales
Ahora que el martirio está tranquilo, me sobra el tiempo para reunirme con mi hastio.
Algunas veces me encomiendo al tabaco
Diciendo improperios propios del borracho
Es tan dulce que quema la garganta
Me gusta más cuando explota en mis entrañas
Ande,
Diga de una vez por todas que la quiere
que sus piernas llegan hasta niveles impensables de placeres
Blasfemando en otras lenguas la sal que le falta en la mesa
No me comprometa en pesadillas de sus trasnochos
Mire que con la inflación no llego ni al cerrojo.
Voy a tomarme la noche entera
Voy a acabarme la botella
y mañana seguramente estaré a las 8 de vuelta
Señorita "ya lo vi" nunca se ausenta.
Son meses largos los que no escribo algo
La vida se ha complicado
Me vale madre la suerte
la mía se ha marchado.
Lloro en público y me masturbo con la puerta abierta
martes, 3 de mayo de 2016
I got 99.000 views but a book ain't one
Estoy marchando sobre una nube
El cielo parece no tener silencios
Las gotas saturan los oídos
El frío es cruelmente ligero
Qué otra cosa quisiese hacer si pudiese...
más que recostarme a escucharla,
hablar sobre perdidos y encontrados
y los tantos otros que jamás olvidamos
No todo es articulación
Algunos sentimientos nunca tocaron el corazón
Pero la brisa que no perdona
Tranquilamente se lleva las horas
Insignificantes son aquellas noches sin reclamos
Que se van tan pronto como llegaron
Imposibles son los días salados
Áridos y naranjas, cual torpe enamorado.
Todas las promesas del universo no bastarían para revelar sus secretos
Invictos aquellos dioses, ídolos y santeros
Mientras exista vida, cobraremos dudas
y algunas hasta nos costarán la vida.
Que no se me vea al pasar,
que camino sobre nubes
Que no se me escuche al cantar
para que la sospecha no me enturbie.
¡HIT ME!
El cielo parece no tener silencios
Las gotas saturan los oídos
El frío es cruelmente ligero
Qué otra cosa quisiese hacer si pudiese...
más que recostarme a escucharla,
hablar sobre perdidos y encontrados
y los tantos otros que jamás olvidamos
No todo es articulación
Algunos sentimientos nunca tocaron el corazón
Pero la brisa que no perdona
Tranquilamente se lleva las horas
Insignificantes son aquellas noches sin reclamos
Que se van tan pronto como llegaron
Imposibles son los días salados
Áridos y naranjas, cual torpe enamorado.
Todas las promesas del universo no bastarían para revelar sus secretos
Invictos aquellos dioses, ídolos y santeros
Mientras exista vida, cobraremos dudas
y algunas hasta nos costarán la vida.
Que no se me vea al pasar,
que camino sobre nubes
Que no se me escuche al cantar
para que la sospecha no me enturbie.
¡HIT ME!
viernes, 1 de abril de 2016
Abril
El peligro atrae por los latidos que contrae cada vez que se disipa la paranoia entre las venas. A estas alturas ¿de qué podría quejarme?
Habría sido pirata de haber traficado coraje, pero algunos pedidos demoran más que otros en hacerse efectivos y a purita crudeza sé que al patrono no le simpatizan los hombres en plan de retorno.
Nunca pude irme muy lejos de casa, fallaría mi orientación si piso un terreno baldío, así que no convenzo a nadie de caminar conmigo.
¿Quién pueda leerme el significado de una paradoja? sería de gran ayuda en estos tiempos de pampero.
Evoco a todos y cada uno de los lugares comunes cuando el nido está vacío
a ver si por mero accidente, le da por florecerme memorias
existencias de vida que nunca llegó a penetrar este cuerpo, pero las hallo tan dentro, que me miento.
Son gustosas las tardes en que descubro quién soy y cómo me siento
más placenteras cuando no soy yo a quien revelo.
martes, 29 de marzo de 2016
Tengo mi cortoooo!
Llámenme egoísta
pero yo no quiero que mi hijo se convierta en una persona importante
de esas que hay que esperar cuando les hablas
y que se les nota en la frente
cuánto les cuesta el tiempo que te dan en escucharte
No,
no.
De verdad, no quiero.
Que viva en un mundo inentendible por el cual no se molesta en contarte,
Que el esfuerzo que le requiera levantarse cada día y existir sea tan admirable que deba condecorarle por ello a diario.
No,
no.
No estoy pidiendo un fracasado.
Yo solo quiero un hijo que por favor, lave los platos.
pero yo no quiero que mi hijo se convierta en una persona importante
de esas que hay que esperar cuando les hablas
y que se les nota en la frente
cuánto les cuesta el tiempo que te dan en escucharte
No,
no.
De verdad, no quiero.
Que viva en un mundo inentendible por el cual no se molesta en contarte,
Que el esfuerzo que le requiera levantarse cada día y existir sea tan admirable que deba condecorarle por ello a diario.
No,
no.
No estoy pidiendo un fracasado.
Yo solo quiero un hijo que por favor, lave los platos.
miércoles, 16 de marzo de 2016
El hombre con Barba es zurdo
Sentido de orientación, ¡una verga!
La lógica jamás aplicó en las quinelas.
Y aquí me ves, arrojando números como pestes,
buscando bien sea la fortuna o la suerte,
el destino es más sencillo cuando puedes pagarle a un vidente.
Entre más bajo se murmure, mayor audiencia se cautiva
como si se tratase de un código indescifrable que les enseñará de la vida
Me causa sin duda alguna más pena que risa,
pero igual me río...
la desgracia también oxigena los dientes.
Poesía barata no es puta, es actriz.
Nadie que merezca la pena va por la vida asumiendo condenas.
Tengo el croquis de la ciudad forjado en mis palmas.
......
Sentada sobre tu pecho para que tuvieses mi culo en primera plana, ¿y aun así dudas que te quiero?
La lógica jamás aplicó en las quinelas.
Y aquí me ves, arrojando números como pestes,
buscando bien sea la fortuna o la suerte,
el destino es más sencillo cuando puedes pagarle a un vidente.
Entre más bajo se murmure, mayor audiencia se cautiva
como si se tratase de un código indescifrable que les enseñará de la vida
Me causa sin duda alguna más pena que risa,
pero igual me río...
la desgracia también oxigena los dientes.
Poesía barata no es puta, es actriz.
Nadie que merezca la pena va por la vida asumiendo condenas.
Tengo el croquis de la ciudad forjado en mis palmas.
......
Sentada sobre tu pecho para que tuvieses mi culo en primera plana, ¿y aun así dudas que te quiero?
viernes, 11 de marzo de 2016
Y a la primera que pase...
Cuando te pienso, lo hago tan dentro, que nadie más está invitado.
Subo el volumen del radio y pretendo que alguna vez supe bailar. Soy muda televidente de nuestra vida en mi cabeza.
Ya no interactuo con el escenario. Difícilmente te encuentro cerrando los ojos.
Me lo encuentro tan bien y tan dentro. Que olvido la dolencia entre los hombros.
No me quedan palabras para confabular otras teorías, lo que es un tremendo alivio para la garganta. Y aunque el alma, caprichosa, se esconde o se expande, ya no teme de tu ausencia ni por un instante.
Dime, si no es divino, querido...
Dejemosle el gustito al pasado para endulzarnos el futuro.
El agrio del ahora es solo temporal, ¡quién lo diría!
Aquí te tengo, anda tranquila.
Aquí te tengo, sube, querida.
Aquí te tengo, guardadita, pequeñita y tan mía.
Aquí te tengo, en mitad de la vida.
Así que sigo,
como el que no sabe que espera
Y me complazco en saber, que en realidad ya ni sé, ni espero.
Es un alivio,
después de tanto tiempo
No me aboge a la poesía
Fuiste una dulzura, niña.
Fuiste mi vida, completica,
la calma, el demonio, las ansias y sueños. Rabietas ya adultas.
Fuiste el cólera que carcomía las noches
y amanecían los domingos
Aquí me tienes, en mitad de la vida
Con el corazón tan abierto, tan expuesto, tan sincero y tan bastardo
Luna de amantes
Luna de ajenos
Luna eterna.... A toda pregunta ¿cierto?
Y no sé a qué suena, ni a que sabe, ni cómo se ve.
No puedo figurar cómo se arman las piezas, sin patrones, excusas, equivoquios o pena.
Así que solo me dedico a ocultarla de todos.
Tan adentro y tan certero.
Que se ríen los ojos.
No me quedan palabras para confabular otras teorías, lo que es un tremendo alivio para la garganta. Y aunque el alma, caprichosa, se esconde o se expande, ya no teme de tu ausencia ni por un instante.
Dime, si no es divino, querido...
Dejemosle el gustito al pasado para endulzarnos el futuro.
El agrio del ahora es solo temporal, ¡quién lo diría!
Aquí te tengo, anda tranquila.
Aquí te tengo, sube, querida.
Aquí te tengo, guardadita, pequeñita y tan mía.
Aquí te tengo, en mitad de la vida.
Así que sigo,
como el que no sabe que espera
Y me complazco en saber, que en realidad ya ni sé, ni espero.
Es un alivio,
después de tanto tiempo
No me aboge a la poesía
Fuiste una dulzura, niña.
Fuiste mi vida, completica,
la calma, el demonio, las ansias y sueños. Rabietas ya adultas.
Fuiste el cólera que carcomía las noches
y amanecían los domingos
Aquí me tienes, en mitad de la vida
Con el corazón tan abierto, tan expuesto, tan sincero y tan bastardo
Luna de amantes
Luna de ajenos
Luna eterna.... A toda pregunta ¿cierto?
viernes, 26 de febrero de 2016
Petunia soltando pétalos
Un día quiero ser tan grande,
como las estrellas que veo en el cielo
desde acá se ven tan pequeñitas...
Tan lejos.
Pero ¡míralas brillar!
Uno no duda con eso.
- Tan grande así como el fuego que les explota por dentro?
Tan grande como la vida entera que fulmine mi cuerpo.
- Y si es más de lo que soportan tus huesos?
Entonces compraré unos nuevos.
Reparo los viejos.
O se los vendo al latonero.
No lo sé,
quizás nunca haga nada con ello...
Los mejores caprichos son siempre los que nunca tenemos.
como las estrellas que veo en el cielo
desde acá se ven tan pequeñitas...
Tan lejos.
Pero ¡míralas brillar!
Uno no duda con eso.
- Tan grande así como el fuego que les explota por dentro?
Tan grande como la vida entera que fulmine mi cuerpo.
- Y si es más de lo que soportan tus huesos?
Entonces compraré unos nuevos.
Reparo los viejos.
O se los vendo al latonero.
No lo sé,
quizás nunca haga nada con ello...
Los mejores caprichos son siempre los que nunca tenemos.
jueves, 18 de febrero de 2016
Cien mentiras y un acierto
Y después de todo, ¿qué era la vida?
Más que un montón de alusiones hacia caminos, direcciones, nombres y números de teléfono.
Acaso es justa la muerte?
Después de cierta edad uno se olvida de ciertos improperios.
Qué pudiese importarle a la vida sobre falsos aciertos.
Qué pudiese importarle a la muerte
Si hoy no le temo.
Pudiendo ser tan hermosa o tan maldita
Como todo lo hermoso que por sobre estos ojos se ha posado.
Como todo el horror que oculta detrás de la pupila.
El descubrimiento de cada sentimiento es lo que acumula nudos en la garganta, y nadie, absolutamente nadie puede llegar a deducir si son mitos o cuentos.
O asfixian o te dan aliento.
Ni más, ni menos.
Todas las mentes brillantes del universo reunidas en la misma habitación jugando a ser brillantes. El destello que reproduce el salón es tan irritante para el ojo humano. Que nadie siquiera molesta en voltearse.
Ni yo.
La grandeza de nuestro mundo está completamente a disposición de nuestras manos. Pudiendo cerrar en este instante los párpados o el puño, y siendo capaz de sentirlo con el alma.
Con la única cosa que se es capaz de sentir.
Con el alma.
Con los recuerdos que agotan nuestra cabeza hasta finalmente dejarla reposar tan cansada, y tan tierna, y tan deslumbrante y tan aterrada.
Que se nos olvida el paso del tiempo, los instantes eternos... Se nos olvida que quizás alguien nos está viendo, pero no necesitamos observar nada.
Cuando un instante trasciende el momento y se evapora por entre las luces, y las nubes, y los reflejos de nuestro rostro en anteojos ajenos. Es cuando más recuerdo, que jamás olvidare todo aquello que me ha cautivado o enclaustrado en el tiempo.
Para qué contar aquellas cosas que al final, se las lleva el viento.
Mejor que se evaporen mis pensamientos de entre mis poros.
Que hierva el agua que empapa mis mejillas y comiencen de nuevo un ciclo tan infinito y tan puro que aun sabiendo a ciencia cierta todas las certezas que alguna vez necesitó un físico poeta.
Que aun a sabiendas, decidamos olvidarlo porque no se necesita.
¿Acaso no es todo hermoso, pequeño?
¿Acaso el sol sale por otro motivo que no sea el vernos?
Probablemente, sí seamos tan pequeños,
que hasta las minúsculas partículas que conocemos, sean gigantes apoderados de toda la habitación. Tan grandes. Increíbles. Tan inmensos. Que ni nuestra razón siquiera pudiese verlos.
De qué están locos los enfermos?
Son muy pocos los que logran huir...
Admito, fielmente, que la mayor de las veces tengo miedo.
Pero el no saber de qué me ayuda a no creerlo.
No hay aciertos.
Ni verdaderos,
Ni falsos.
No existe mayor certeza que la única verdad en la que realmente creemos...
Pero por esta noche,
me la reservo.
Más que un montón de alusiones hacia caminos, direcciones, nombres y números de teléfono.
Acaso es justa la muerte?
Después de cierta edad uno se olvida de ciertos improperios.
Qué pudiese importarle a la vida sobre falsos aciertos.
Qué pudiese importarle a la muerte
Si hoy no le temo.
Pudiendo ser tan hermosa o tan maldita
Como todo lo hermoso que por sobre estos ojos se ha posado.
Como todo el horror que oculta detrás de la pupila.
El descubrimiento de cada sentimiento es lo que acumula nudos en la garganta, y nadie, absolutamente nadie puede llegar a deducir si son mitos o cuentos.
O asfixian o te dan aliento.
Ni más, ni menos.
Todas las mentes brillantes del universo reunidas en la misma habitación jugando a ser brillantes. El destello que reproduce el salón es tan irritante para el ojo humano. Que nadie siquiera molesta en voltearse.
Ni yo.
La grandeza de nuestro mundo está completamente a disposición de nuestras manos. Pudiendo cerrar en este instante los párpados o el puño, y siendo capaz de sentirlo con el alma.
Con la única cosa que se es capaz de sentir.
Con el alma.
Con los recuerdos que agotan nuestra cabeza hasta finalmente dejarla reposar tan cansada, y tan tierna, y tan deslumbrante y tan aterrada.
Que se nos olvida el paso del tiempo, los instantes eternos... Se nos olvida que quizás alguien nos está viendo, pero no necesitamos observar nada.
Cuando un instante trasciende el momento y se evapora por entre las luces, y las nubes, y los reflejos de nuestro rostro en anteojos ajenos. Es cuando más recuerdo, que jamás olvidare todo aquello que me ha cautivado o enclaustrado en el tiempo.
Para qué contar aquellas cosas que al final, se las lleva el viento.
Mejor que se evaporen mis pensamientos de entre mis poros.
Que hierva el agua que empapa mis mejillas y comiencen de nuevo un ciclo tan infinito y tan puro que aun sabiendo a ciencia cierta todas las certezas que alguna vez necesitó un físico poeta.
Que aun a sabiendas, decidamos olvidarlo porque no se necesita.
¿Acaso no es todo hermoso, pequeño?
¿Acaso el sol sale por otro motivo que no sea el vernos?
Probablemente, sí seamos tan pequeños,
que hasta las minúsculas partículas que conocemos, sean gigantes apoderados de toda la habitación. Tan grandes. Increíbles. Tan inmensos. Que ni nuestra razón siquiera pudiese verlos.
De qué están locos los enfermos?
Son muy pocos los que logran huir...
Admito, fielmente, que la mayor de las veces tengo miedo.
Pero el no saber de qué me ayuda a no creerlo.
No hay aciertos.
Ni verdaderos,
Ni falsos.
No existe mayor certeza que la única verdad en la que realmente creemos...
Pero por esta noche,
me la reservo.
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