Recuerdo haber visto una película donde decía "Los últimos días de su vida fueron los mejores de la mía" y obviamente el protagonista pedía disculpas a su familia porque suena un poco cínico pero va mucho más allá de eso.
La muerte del Sargento dejó muchísimo dolor en muchos corazones. De verdad, ni yo creo tener tantos amigos, tantos buenos amigos como los que tuvo él o mejor dicho, los que seguirá teniendo.
Yo no escribí esa narrativa, o carta, o como lo llamen esperando crear consciencia o generar polémica, sólo sentía la enorme necesidad de hacerle saber a su gente que yo, siendo del otro lado de la barricada, tuve la oportunidad de conocerlo, quererlo, sentirlo como otro más de mis amigos y entre tanto caos decirles que por lo menos yo, yo no lo despreciaba a pesar de su uniforme.
Siempre he creído en el destino, saben? Y desde un principio he lanzado cartas, poemas, historias al internet como dicen que hacen los náufragos con botellitas al mar; con la esperanza de que le llegara a alguien, que alguien supiera que hay alguien en una isla, en medio de la nada, necesitando compañía. Y es la primera vez que una de mis botellitas llega a su destinatario. El internet es sorprendente.
Su sobrina me escribió, hablamos y no sé qué le inspiro tanta confianza que hasta me invitó a su casa, para acompañarlos durante los rezos del Sargento. Supongo que es la misma confianza con la que uno termina abriéndose ante unos ojos honestos. Y eso hice...
No soy persona de pensarlo mucho, cuando se siente se debe hacer y a la mañana siguiente ya estaba con la mochila en la espalda brincando de bus en bus hasta llegar a Colon. Nunca había estado ahí.
La carretera es hermosa, está en buen estado pero más allá es el paisaje, los colores, los árboles y lo inmenso que es... Me recordó cuando me las di de mochilera y me lancé por partes de Venezuela. Señores, nos gastamos una belleza increíble.
Lamento que el chofer insistiera en arrojar los potes de jugo que consumía a la carretera. Lamento las colas en los supermercados que vi en los pueblitos y lamento aun más la pobreza con que muchos viven. La arquitectura de los ranchos siempre será un misterio.
Pero esto no se trata de mi, o del paisaje o de los problemas del país. Esto se trata de la gente a quien tuve la oportunidad de conocer.
Fui recibida por un Médico a quien jamás había visto en la vida y fue el primer abrazo de muchos que me dieron durante mi estadía. No sé si me sentía como alguien quien conocían o si abrazan a todo el mundo pero nadie ahí me dio la mano.
Tampoco me sentí extraña, era como si ya los conociera.
Así fue como una tarde del viernes conocí toda una vida de un señor, quien escondía más historias de las que podría imaginar y que espero poder tener la habilidad para usarlas en mis próximos escritos.
En muchos hogares no hay harina pero por lo menos en este había suficiente cariño, como para calentarte la barriga.
Ysa y su madre, mujeres muy hermosas, muy agradables y cariñosas. Gracias por haberme invitado Ysa.
El "cuñado", creo que es el hombre con más ocurrencias de este planeta, (después de la abuela de Ysa, claro está).
Soy pésima para los nombres, pero todos en esas casas me trataron mejor que si Luckyta estuviese enferma. (chiste interno)
Todos colaboraban como podían, nadie se quejaba, nunca vi una discusión entre ellos y de cierta forma, estaban tan tranquilos. Muy tristes, creo que más allá de las lágrimas es la mirada, los ojos, los que realmente pueden transmitir un sentimiento fuerte y trataba de esquivarlos para no sentir que no hacía nada estando ahí, me sentí tan inútil. No había nada que yo pudiese hacer para curarles un poco ese dolor tan inmenso que cargaban y que seguramente siguen cargando. Pero se mantenían con tal serenidad, tan única y exquisita que sólo poseen aquellos quienes realmente tienen fe, no lo entendí hasta que regresé a Mérida (Gracias Anthony) había mucha impotencia, molestia pero no existía rabia, ni odio, tristeza pero más allá era añoranza, suspiros, pues si es muy duro lo que están viviendo, estaban en paz sabiendo que disfrutaron de él, del señor Miguel, del papá Miguel, del esposo Miguel, o del "Cocosete" y creo de verdad, que es lo único que uno puede pedir cuando se va, cuando muere... Y es que para su gente, haya dado todo por ellos, haberles demostrado siempre el cariño que se les tiene.
Hay algo que quisiera compartir con ustedes y es lo que me dijo el hijo mayor de Migue, "No hay nada de lo que yo pueda arrepentirme, nada que pueda reprocharle. Él me dio todo"
Saben? Ese muchachito es TAN especial, que cuando nos vimos por primera vez no podía dejar de llorar y no sabía quién era yo. Luego se encerró en el cuarto de su padre y cuando salió me abrazó, nunca me habían abrazado tan fuerte y me dijo "Te estoy dando el abrazo que nunca pudiste darle". Alguien tiene idea de lo qué es eso? Alguien sabe tan grande que debes ser para decir eso? Tampoco creo haber oído una frase tan fuerte. Peque, cariño, eres especial y soy muy dichosa de conocerte.
Yoli, eres una mujer grandisima, fuerte, valiente y no sólo me lo demostraste a mi sino a todo el país. Detrás de cada gran hombre hay una gran mujer y detrás de cada gran mujer hay una gran familia. Lo certifico. Eres mi madre y mi amiga, así te siento. Porque te tengo un respeto, admiración, confianza y cariño que sólo compartía con mi madre real y ahora contigo. Yo no tengo que decirte nada por acá, tu sabes que puedes contar siempre conmigo.
Poporro, Miguel, Wilkerman (Johan) me demostraron un mundo utópico, el mundo de las motocicletas, jajaja, lo sé, suena extraño. Pero como lo describían iba más allá de no dejar dormir a los Merideños en Enero. Es un grupo enorme, que siempre está en contacto y donde conoces mucha gente, de muchísimas, muchísimas profesiones pero que dentro del grupo a nadie le interesa nada de eso, como debería serlo siempre en las calles. Creo que es puro protocolo social pero de verdad las personas siempre van más allá de sus carreras o estilos de vida y creo que lo solemos olvidar.
Me fui de Colon con una gran tristeza. Sentía que estaba dejando mi casa. De verdad llegué a creerme que quedarme dormida con Anthony y Estrada (mi mejor amigo, quien me acompañó) viendo partidos de fútbol era parte de mi verdadera rutina. Que los cuentos en el patio de la casa de Ysa, o las frías enfrente de la casa del cuñado era cosa que acostumbraba. Y las hamburguesas de Poporro... No les diré nada pero si van a Colon, es un deber comerse una de sus hamburguesas, luego me dan las gracias.
Me sentí muy cómoda y de cierta forma feliz, aun cuando la situación era difícil, esa gente tiene un corazón tan inmenso y tanto bueno que repartir. Siento que conocí al Sargento Miguel Parra como ellos lo conocían y todo lo que escribí antes lo afirmo hoy en día.
Esta es la última noche de los rezos de Migue y si hubiese sido por mi viviría con ellos. Yo sé que estás feliz, yo sé que a pesar de toda la roncha que pasó durante las protestas murió sabiendo que ustedes lo querían porque es que se siente! Se siente al hablar con cada uno de los que lo conoció. No es justo que sigan arrebatandole a las familias sus seres queridos. Nunca lo será.
De parte de Estrada y de mi persona, muchisimas gracias por todo lo que hicieron por nosotros, como nos trataron y atendieron. Más que un placer es un honor haberlos conocido a todos y espero verlos pronto. Muy pronto. Celebraremos la unión de todos los Venezolanos y que los sueños de quienes asesinaron las armas no se perdieron. Los construiremos.
Lamento mucho no estar con ustedes este día pero quiero que sepan que yo siempre los llevo conmigo.
De verdad, creo que todos deberían ser moteros. Yo ya tengo mi insignia.
Los amo a todos y cada uno de ustedes
Y cuñado, prometo no escribir lo que ud me pidió que no escribiera, jajaja.
Migue, lamento mucho que te hayas ido pero gracias por dejarme conocer a tu familia, a tu gente, quien son una prueba de quien tu fuistes
Y a todos los que me leen, ser pacifista no significa pasividad. Me defenderé cuando deba hacerlo. Pero mientras pueda mantenerme con las manos en alto, lo seguiré haciendo. Desde entonces, salgo a protestar con la foto de Migue en mi cartera. Él prometió que me cuidaría. Y a pesar de que ayer fui amenazada por unos policías, seguiré apostándole a la humanidad del individuo y seguiré creyendo en la bondad de los extraños. Esto no es nuevo, sólo, antes no me conocían.
Gracias a todos los que compartieron lo que fue Miguel, el poquito que pude mostrarles.
Gracias a todos los que han apoyado a su familia, y a mi... Quien ahora me siento como parte de su familia.
Gracias a todos los que siguen en las calles, los que siguen soñando y siguen luchando; todos son importantes, todos nos ayudamos y espero que no lo olviden.
Gracias Venezuela por habernos enseñado la libertad, la hermandad, la fortaleza de la familia. No te defraudaremos.
Ahora, una canción! Me gustan las canciones: https://www.youtube.com/watch?v=a7izVn9HrUk
"Que ser valiente no salga tan caro, que ser cobarde no valga la pena"