martes, 15 de octubre de 2013

Bitácora del Capitán: Fin de la vía (no retorno)

Amo mi laptop y el sonido que hago al teclearla pero la tecnología aun no logra superar el sonido de las hojas al pasarse.
"Puedes volver a casa pero te costará"
Mi meta de finalizar mi carrera de nuevo se ve truncada por las formalidades... Aunque después de esas huidas a la playa tampoco es que me importe tanto.
Es hora de desempacar, ordenar y agradecer a todos aquellos que hicieron de mi bitácora la mejor decisión que pude tomar hasta los momentos.
Tres meses de vagabunda me robaron seis meses académicos... Pero la vida real es aquella que sucede y al final de cuentas, aun estoy joven... Puedo darme ese placer.
Es hora de cerrar los capítulos y aceptar las realidades... Así que es hora de concluir la Bitácora.
Quizá pasé por muchas ciudades, infinidad de lugares, hogares, personas que me tendían su mano y me brindaban unas aventuras inolvidables pero más allá del viaje en general, de lo palpable... Más allá de todo eso estuvo la verdadera aventura... La chica sola y con ello, el enfrentarse al mundo, a la gente, a nuevas tierras, nuevas cosas... De eso se trataba todo esto.
Sobre los personajes que quizá pasaron por alto... Para ellos va este día.

Conejo:
El sólo imaginarlo sonriendo, coqueteando con otras me mata.
Puedo aun recordar a la perfección las cosas de él que detestaba pero como las goteras de una vieja casa, uno se acostumbra a ellas.
Él era mio y eso lo cambiaba todo por completo.
El sentido de pertenencia... Es eso que convierte a una casa en un hogar y él... Él era mi hogar...
Mi lugar estaba justado a su lado.
Era mi refugio... Donde podía gritar, gemir, llorar, sin vergüenza alguna.
Estaba acostumbrada a sus grietas, sus goteras y sus pesadillas en mitad de la noche.
La seguridad que te da tener algo tuyo... Algo propio.
La sensación de tener algo palpable es irrevocable; por eso en parte entiendo su frustración hacía la distancia.
A veces, antes de dormir, me siento durante varios minutos en el baño y abro un poco el grifo del lavamanos sólo para verlo correr... Cierro los ojos y escucho su voz, "No te vayas Luivir, por favor no"
El absurdo de escribir sin querer respuesta y el aun más absurdo esperarla y no tenerla.
No vale de nada insistir cuando no puedes jactarte de tu recompensa
Así que dejé de buscarlo...
Eso no significaba que mi corazón no se arrugara cuando colgaba el teléfono sin un "te" antes del adiós... Pero consigue de cierta forma que entienda otros sucesos de mi vida que no creía posible
Como el hecho de alejarse de quienes quieres sólo para permitirles (o quizá permitirte) tener una vida, continuar con los viejos planes pospuestos por nuestros suspensivos.
Alegremente puedo decir que él no es una nueva herida a este cuerpo.
No es un fantasma.
No me aprierta.
Es sólo un romance tan jovial, infernal, feliz y pasajero.
Tal cual como prometieron que sería...
Aquí no había odios, ni herida...
Sólo suspiros ocasionales imaginando esas noches demenciales.
Me mostró tanto de mi que estuvo oculto... Me quitó la verguenza a exigir e imponerme.
Como un muy buen amigo con quien haces el amor y luego duermes... Y luego pueden volver a ser felices e íntimos.
Me dio la fuerza suficiente para recordarme muchas cosas... Como que si no obtengo lo que quiero no tiene razón seguir insistiendo... A veces, a la gente no le importa lo suficiente... No le importas lo suficiente y eso está bien... Debes aprender a que entonces no te importe lo suficiente.
Gracias a él, enfrento a los fantasmas y salgo casi ilesa... Casi, pero ahora duele un poco menos.

Y sobre los santos, verdugos y tumbas...
Creo que fue justa la visita al mausoleo
entregamos un buquet lleno de todo aquello que fue en vida
El ceder, escuchar y no entender...
La impotencia y la necesidad
La dulzura y la dureza.
Visitarlo fue como toparse con un viejo amigo, con el morbo acumulado (por supuesto).
Supe que no tendría lo que quería desde el instante en que reconsideré su pésimo intento de robarme un beso.
Todos lo sabían desde antes lo que sucedería y supongo que precisamente por ello no fue sorpresa para ninguno.
Entonces no entiendo porqué luego fuimos tan ajenos.

(POR FINALIZAR...)

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