Cantaban los ojos que no paraban de estallar.
Cuentas los poros que comienzan a extenderse por las pupilas
Como si el tiempo se nos fuera y estamos congelados en él
La música comienza a sonar,
En el silencio
En el silencio
En el bullicio
Entre la danza inconsciente de los transeúntes de la ciudad
Te declaras en posición de espectador y pides que se te sea
concedida la oportunidad de no ser.
Cada respiro cuesta una cantidad ciertamente elevada de esfuerzo físico, mental y emocional que al finalizar la necesidad, exhalamos con cierta impaciencia dejando caer los pulmones de nuevo.
Convirtiéndonos en seres completamente desnudos, pulcros y
hermosos. De piel suave y cabellera libre. El éxito de la creación. La
divinidad exquisita.
De miedo y carne están hechos los hombres
De fe e historias los piadosos poetas
Misericordia
Misericordia a la muerte
Por un instante, saborear el preciso momento en el que una
flor se abre. Permita que sea la complicidad mi letargo, para finalmente saber que siempre entendimos todo. Y luego lléveme, si le apetece. Caeré despacio al
suelo. Este momento es eterno.
Esta es la verdadera eternidad.
Y en mi velorio me veré. Como el florero que decora el centro de la mesa y que nadie recuerda botarle el agua
Seré el centro de toda la colmena. El motivo de su
encuentro. La razón de sacrificar su tiempo. Pero no basta con un segundo para
ser olvidado.
El agasajado sin invitación a su propio cumpleaños.
Y no me importará demasiado…
Porque yo lo he visto. He visto a la tierra detenerse por completo. He percibido el instante y fui feliz. Más feliz de lo que puedo expresar en palabras. Las sílabas son una grosería en estos casos.
Había encontrado todas las promesas que nos mantienen
despiertos a ciertas horas de la mañana y de la madrugada si acaso hay cielo
abierto.
Sí. Había ido directo a la cima del mundo. Estaba a la altura de mis pares, que son todos y aquellos que sonríen en mitad de la cena, son testigos de mi hazaña. Y la celebran. Por eso siempre comparto con los amigos cercanos. Así este cuerpo ya esté cansado.
Que la vida me arrolle si le da la gana. Yo con amargura
lloraré y daré patadas. Déjeme hallarme cuando no exista camino. Que yo nací
para estar vivito.
Entre más tiempo dure el compás. Más suave descendemos de la esperanza a la humanidad.
Solo el día en que finalmente muera me declararé muerto. Soy capaz de soportar la miseria mientras haya tiempo.
La vida castiga con los años a los más asustados. La muerte cede su pelea ante los más arriesgados. Y nadie entiende por qué el irse para volver es aún más fuerte que el regresar por haberse ido.
Nadie entiende que a veces la ausencia es una forma de
hacerse compañía. Para no quebrarse ante el mundo o para que el mundo no se
rompa por mi yunque en la vida.
Yo no quiero una muerte épica, que me salve la irresponsabilidad de nuevo. Pero no me desagrada la idea de hacer de mis restos encuentro. Con pocas risas y buenos amigos. Porque valoramos cada esfuerzo por ser feliz, así que no abusamos del momento.
Pero cada vez que comemos, lo hacemos con hambre.
Somos la decadencia de nuestros ancestros y nos cuesta un
mundo admitir defectos. Nos ponemos la corona ante las verdades que exponemos,
como si decir la verdad fuese en realidad un acto heroico.
Después nos preguntamos por qué somos tan malos.
Después nos preguntamos por qué somos tan malos.
Yo no me salvo del juzgado. Pero hace rato que vengo jugando con el tiempo. Si me condenan, no me arrepiento. Pero si me liberan, por Dios le juro que no vuelvo a pecar. No por el momento.
Deme una excusa para escribir
un cuento o váyase mejor y la hago en canción. Pero no se quede solo porque ya
estoy viejo. Un mal hombre no merece su compasión.
No me diga que es día porque me anochezco. No me traiga al verano sin olas que un loco de hábito no se puede medicar dos veces por año.
Quisiera encarnar en gato. No quisiera ahogarme como el árbol. Ni olvidarme como fue del mar. No quisiera un marino que todo le ha quedado. Que el amor me queme vivo antes que extrañar de a ratos.
Haga lo que haga
Usted conmigo
Por favor no me deje sin testigos
Que no podría justificar yo mismo mi propia existencia.
Lo
siento, pero soy un crio. Hoy yo tengo un motivo.