sábado, 31 de agosto de 2013

Bitácora del Capitán Día Nolosé.

Le mentí a todos para protegerme de ser juzgada.
A ciencia cierta no sabía siquiera porqué hasta me lo creí pero supongo que era necesario.
Quería llorar pero las lágrimas dejaron de brotar.
No sé si mi cuota a su nombre fue rebasada pero sabía bien que aunque lo hiciera, no ayudaría en nada.
Mis lágrimas no harían que cambiara o siquiera que volviera y aun sabiendo que nunca lo hará sigue existiendo esa llama en mí que sufre y se marchita de esperar.
Nadie entiende este sentimiento infinito de soledad y amor al mismo tiempo, donde, enamorada del fantasma de un recuerdo inexistente, de algo que fue creado por mi propia necesidad de un ser tan vacilante e indiscreto como mi mente... No busco ser infeliz, la verdad, si pudiese elegir desearía con toda mi alma que esta sensación salga finalmente de mi cuerpo pero... Admito que hubieron momentos en los cuales la acogía y le brindaba espacio... Pero ya comienza a apestar y no se quiere marchar.
Me he dado cuenta de que mi mayor miedo no es el miedo a su persona, es el miedo a volver al punto en el cual noto que realmente no existe nada que me haga creer en algo sincero, en un poco de amor...
Desde que viajo, no tengo la oportunidad de expresarme, ni he podido volver a escribir... Es como si me cohibiera, si sintiera que me espían y observan y no quisiera menospreciar sus buenos tratos o sus patadas, todas son bienvenidas siempre y cuando sean gratis (es la ley del viaje, ya no hay fondos para ponerse selectivo).

Pudiera hablar y sé que no me escucharía.
Desde entonces muchas cosas se arreglaron en mi cabeza y logré entender que nunca hubo algo porque luchar... Porque mantener el recuerdo intacto, las ganas, las ansias...
Pero entonces, como cuando limpias la casa, si acomodas los libros y recoges la ropa el espacio se verá más grande... Puede que no haya polvo pero no puedes evitar sentirte vacío.

Una de las mejores cosas que conoces en la carretera es a jamás exponerte por completo, ni con los mismos extraños... Todos quieren tenderte una mano pero nadie busca ser un pañuelo... Así que me lo callo y espero al momento en el que esté frente a frente con el horizonte, me sumerjo y sencillamente desaparece.
El mar tiene algo increíble, dicen que lo cura todo y es cierto, hasta los corazones rotos... Pero hay cosas que no puedes curar, hay heridas que no existen y supongo que puede limpiarte pero jamás podrá formar algo dentro de ti.

Extraño no necesitar de luz para caminar... Sólo confiar en tus pasos... Eres tu y tu destino y el resto es lo que disfrutas mientras tanto.

Claro, puedo decir "disfruta" porque llevo varada dos días en la misma casa que ya conozco. Así no funciona, necesito caras nuevas...


Ah! La vida

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