Ya pasó una semana y debo admitir que jamás me había sentido
tan sola y abandonada, no había nadie cuidando mi espalda, tuve que huir por
mis medios del acoso y el ruido; nunca me había sentido tan pequeña y llorona,
rogando por alguien que me hiciera sentir en casa.
Qué mierda hago acá?, pero usted se metió en este lío sola y
debe callarse la boca si quiere seguir con esto de crecer y cambiar; así que
olvídate de esa vieja táctica de esconderte entre la multitud y asume las
consecuencias de tus actos (y entonces creo que crecí un poquito más).
Sobreviví a ese disparate de noche, puedo con este sol
fastidioso y esta gente que habla y no dice nada.
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