miércoles, 29 de mayo de 2013

Mérida...

A estas alturas uno ya ni sabe en que creer. Todo parece tan verdadero y a su vez tan escandaloso que tomar una noticia enserio podía significar el fin de los tiempos.
Como si todos supieran todo, todos comentaban, todos opinaban y todos sencillamente sabían como estratégicamente montaron todo.
Nada parecía real, la definición clara de un “deja vu”, era como soñar despierto, repetir un viejo sueño pero sin tener ningún cambio al pellizcarse. Se dudaba de todos y de todo y a su vez, todos juraban tener la verdad verdadera.
Era escalofriante, casi casi como el mal clima que azotaba a la ciudad.

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