Por quinta vez lo diré, tu recuerdo se me agota y no
consigo otra cosa que me haga escribir. Es semi frustrante, verás, siento la
necesidad de sentir algo por alguien y que yo recuerde, tú estás más fresco que
los demás cadáveres pero terminaste de pudrirte y no eres más que polvo y
huesos incompletos.
Desde
que mire a mi fantasma a la cara y le dije que no tenía miedo, deje de
sentirlo, he llegado al punto donde puedo hablarte sin siquiera pensar tu
nombre y hasta he llegado a confundirte con otros hombres, me siento orgullosa
de eso.
Básicamente
mi vida actual es un confeti adolescente. Muchas personas, muchos colores,
muchos excesos y muchas ganas de acabar con el mundo; sin embargo, y supongo
que debe ser lo que llaman madurez, ya la ira va pasando y rindiendo sus
frutos. Hay días en los que simplemente me deprime el aburrimiento de saber que
ya conozco todo lo que desconocía y quisiera volver a sentir esa ira, pero se
pasa fácilmente con un buen punk y un vaso de ron.
A
medida que crezco lo único que se reseca en mi es mi garganta, he empezado a
fumar en exceso durante las madrugadas… Para mi defensa, hace demasiado frío a
estas horas.
Debo
admitir que sentí ganas de escribirte, no porque te extrañe ni nada de eso (y
me resulta aun un poco difícil creerlo), sólo me dan ganas de pasarme por ti y
crear un pequeño caos, porque si respondes haré un caos y si no, haré un total
caos dramático sobre ello. Soy demasiado desastrosa y sabes que me encanta
jugar.
Como
ya el amor no pesa y los recuerdos dejaron de doler, baso mi vida en fiestas
ilimitadas con accesos de primera fila a las mejores funciones de versiones de mí
misma. A veces, cuando estoy con esos hombres puedo verme desde tercera
persona, puedo ver mi cara de placer cuando me tocan… Sabes bien que no me da
placer el tacto, me da placer saber que estoy pecando.
Ya
no encuentro razones para agredirme, aunque según mi adorada psiquiatra mi
apetito sexual es un reflejo de mis autodestrucciones, por lo menos no me
recetan más que condones… Me cansé de las pastillas.
Iré
por otros cigarros. Espera.
Según
el corrector, la palabra “caos” está mal escrita, lo marca con una línea en
zigzag rojo sangre, ¿sabes?, de ese rojo que a pesar de ser claro llama la
atención, en fin, según la web, está bien… Así será el caos que hasta
escribirlo es llamativo.
A
veces me pregunto si me gustaría saber de ti, de como te va y su parafernalia,
pero luego me auto respondo diciendo que ciertamente eres terriblemente
predecible y debes seguir siendo exactamente la misma persona haciendo
exactamente las mismas cosas que hacías cuando me conocías. No emociona mucho
la idea pero supongo que cada quien tiene su forma de sentir que viven.
Por
mi parte tampoco podría quejarme, sigo bastante igual a su manera, sigo siendo
tonta, enamorada del amor en general y escribiendo, sólo que ahora sé más cosas
y no dudo en presumirlas, tengo menos miedos, muy pocos en realidad… He subido
al carro de extraños mientras estoy ebria y llegado a salvo y con la barriga
llena a casa. He tomado ácido, he bebido desde temprano, he mentido y huido de
casa y todo sin repercusiones aparentes.
Creo
que lo único que ha cambiado en mí ha sido ese deseo creciente de afecto y
relaciones… Eso que tu sabes que hacía que quisiera casarme con el primero que
me invitara a salir… Hoy en día no me preocupa eso, ya no busco imposibles, los
hago.
Disculpa,
estaba escribiendo una carta.
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